Es que si bien buena parte del personal de salud se encuentra vacunado, en algunos distritos comenzaron a “tensionarse” las salas de cuidados intensivos de sus nosocomios dado que a los nuevos ingresos por COVID-19, se les suman los pacientes actuales que habían reprogramado sus intervenciones quirúrgicas ante la imposibilidad de poder hacerlo meses atrás. Además, a ellos se les agregan las internaciones “esporádicas”, producto de accidentes en la vía pública; o de bien de víctimas o protagonistas de hechos delictivos, los cuales volvieron a retomar su “ritmo de ingresos habitual” ante la mayor circulación de personas (algo que no sucedía en el mismo mes del 2020 como consecuencia de la cuarentena estricta).
Por otro lado, completa este delicado cuadro de situación la falta de stock de vacunas para continuar inoculando a la población en momentos que la curva de contagios de la enfermedad, tal como lo indicaron algunos funcionarios, se muestra de manera “vertical” -fueron 27.000 en las últimas 24 horas-.
Ante ese panorama y luego de las reuniones que mantuvieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; y la ministra de Salud, Carla Vizzotti, tanto con funcionarios de las distintas áreas gubernamentales como también con especialistas médicos y epidemiológicos, el Presidente Alberto Fernández -quien por estas horas se encuentra aislado en Olivos cumpliendo con su recuperación del coronavirus- tendría prácticamente decidido darle más intervención a los gobernadores al momento de la toma de decisiones “antipáticas” para hacerle frente al avance de la “segunda ola” de la enfermedad.
En ese sentido y de acuerdo a los trascendidos, la idea sería que se adopten medidas fuertes pero focalizadas y temporarias. Es decir, cada distrito podrá disponer la implementación de un aislamiento estricto, independientemente de lo que suceda en las localidades vecinas.
Para el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), por ejemplo, esta decisión seguramente será mucho más compleja y hasta podría traer nuevos “cortocircuitos” en la relación dado que la heterogeneidad y extensión del territorio, sumado a las públicas diferencias entre ambos mandatarios -Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, claro está- por el tema de las restricciones, podría obligar hasta al propio Jefe de Estado (tal como sucedió en otras oportunidades) a citarlos para mediar en el asunto con el fin de alcanzar un acuerdo.
Desde la Casa Rosada, en tanto, ya cuentan al menos con la tranquilidad de que en el último Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) se les otorgó a los gobernadores una serie de recursos legales -adicionales a los ya dispuestos- que les permitirán decidir, eventualmente, sobre sus territorios si es que finalmente se decide avanzar con la idea de las cuarentanas “segmentadas” o “independientes”, algo totalmente en las antípodas de lo que sucedió durante gran parte del 2020, cuando las medidas sanitarias eran unánimes para todo el territorio nacional, más allá de la situación particular de cada provincia.
Mientras se aguarda por nuevos envíos de vacunas, cuya cantidad hoy o por hoy es incierta pese a que el propio Presidente había garantizado el arribo de un cargamento “importante” para fines de abril, los funcionarios se muestran mesurados al momento de hacer declaraciones públicas y solo se limitan a responder en las conferencias prensa que oportunamente se darán precisiones cuando los países fabricantes confirmen el envío de dosis.
Ahora la incógnita, a diferencia de como venía siendo en las últimas semanas, no pasa por la cantidad de dosis que vendrán en los vuelos, sino más bien cuándo llegarán los mismos.