En respuesta a un reciente fallo de un juez de Primera Instancia de la Justicia Federal que suspendía las clases presenciales en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno porteño emitió un comunicado en el que afirmó que corresponde continuar acatando el fallo de la Cámara de Apelaciones de la Ciudad hasta tanto la Corte Suprema de Justicia dé a conocer su dictamen.
“Con relación al fallo recientemente dictado por un Juez de Primera Instancia de la Justicia Federal, y ante la opinión jurídica de la Procuración General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que corresponde seguir acatando el fallo dictado por la Cámara de Apelaciones de la Ciudad hasta tanto el conflicto sea resuelto de forma definitiva por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Gobierno de la Ciudad ratifica que las clases continuarán siendo dictadas de forma presencial como hasta el día de hoy”, consignaron.
De esta manera, la tensión entre las administraciones nacional y porteña respecto a esta cuestión continúa en franco ascenso y, más allá de lo que determine el Máximo Tribunal, lo cierto es que el conflicto por la reapertura de los colegios marcó, en definitiva, un antes y un después en la “cordial relación” que a partir de la pandemia por el coronavirus, si se quiere, habían forjado Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta.