La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) expresó su “profunda” preocupación ante las modificaciones dispuestas recientemente por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en materia de pago a las importaciones, al entender que en la práctica implican la instauración de “nuevas y significativas restricciones” a las compras externas, que se agregan a las ya existentes.
En ese sentido, señalaron que la extensión del requisito de financiamiento previo para buena parte de los bienes y servicios importados, incluyendo no solo artículos de consumo (que representan menos del 10% del total) sino también materias primas, bienes intermedios y bienes de capital, significa para buena parte de las empresas una “severísima” restricción a sus posibilidades de importar.
“Vale destacar que, habida cuenta de la situación macroeconómica vigente en Argentina, con un elevadísimo nivel de riesgo país y un historial crediticio que dista de ser inmaculado, las posibilidades de obtener financiamiento de proveedores del exterior son muy limitadas y a costos elevados, máxime cuando se enfrenta un escenario de escasez de diversos productos a nivel global. Esto hace que imponer está exigencia sea muy similar a condenar a numerosas empresas argentinas a reducir drásticamente -o incluso suprimir- sus compras del exterior”, expresaron desde la entidad por medio de un comunicado.
Asimismo agregaron que si se considera que buena parte de dichas compras no son bienes terminados sino insumos para los más diversos procesos productivos, esto amenaza con paralizar las operaciones de múltiples ramas de la actividad, dañando severamente a la economía en su conjunto, con su consiguiente perjuicio en materia de empleo, recaudación tributaria y tantas otras variables. Además, advirtieron que la menor oferta de bienes que se derivará de esta medida agregará una presión adicional sobre los precios, agravando así el fenómeno inflacionario.
“La transitoriedad que se prevé que tenga la nueva exigencia -algo que no se puede dar por garantizado, considerando tantas otras medidas “de excepción” que en nuestro país acabaron por perpetuarse- no quita que tenga un gran poder de daño en la actual coyuntura, cuando el país hace sus mayores esfuerzos por superar la profunda contracción que sufrió en el marco de la pandemia de COVID-19, que se sumó a un estancamiento de 10 años”, remarcaron.
Por otro lado, la CAC afirmó que comprende las restricciones que el país enfrenta en materia de balance de pagos, pero al mismo tiempo observó que la escasez de divisas debe enfrentarse minimizando el impacto sobre la economía, algo que la nueva normativa del BCRA dista de hacer.
“Vale agregar que las dificultades que las nuevas disposiciones pretenden atender son en buen grado consecuencia de reiterados errores de política económica acumulados a lo largo de los años, que derivan en realidades lamentables como que un país con un enorme potencial energético tenga que destinar ingentes recursos a la importación de combustibles, o que se produzca una permanente huida de la moneda local, con la consiguiente presión en el mercado de cambios”, apuntaron.
Por tal motivo, desde la entidad manifestaron públicamente su rechazo a las nuevas restricciones y aboga por que a la mayor brevedad posible la operatoria del comercio exterior paulatinamente se normalice, y que se encaren las acciones de fondo que se requieren para que el país se desarrolle, incluyendo la generación de confianza y un clima de negocios adecuado, en beneficio del sector que representan y de la economía nacional en su conjunto.