Por medio de la Resolución 1849/2022 publicada en el Boletín Oficial, el Ministerio de Salud de la Nación decidió eliminar el carácter obligatorio del uso del barbijo como medida preventiva en la población general a partir de las altas tasas de cobertura de vacunación contra el COVID-19 alcanzadas en la población, así como también por el actual escenario sanitario y epidemiológico.
En efecto, la normativa indica que cada autoridad jurisdiccional podrá adaptar las recomendaciones necesarias para la prevención en función de la situación epidemiológica provincial y la estrategia sanitaria planificada.
Desde la cartera que conduce Carla Vizzotti, en tanto, señalaron que actualmente se evidencia un período de descenso sostenido de casos dentro de una nueva etapa de la pandemia en el país, tendencia que también se presenta a nivel mundial y regional, donde se observa un descenso en el número de casos desde hace más de cinco semanas, acompañada por una disminución en las internaciones y la mortalidad.
La medida -se argumentó- se basa en la tendencia estable de ocupación de camas de terapia intensiva por COVID-19 y que la cantidad de pacientes en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) reportados por las jurisdicciones refleja un descenso continuo en las últimas 4 semanas. Por caso, en los hospitales nacionales es de 5% en pacientes pediátricos; y de 1% en adultos en la última semana.
A esto, además, se suma un menor impacto en la mortalidad, registrándose en los últimos cinco meses una tendencia sostenida a la baja en la cantidad de fallecidos. En ese sentido, la efectividad de las vacunas, principalmente en poblaciones vulnerables, ha demostrado ser muy alta para prevenir la enfermedad grave y mortalidad, independientemente de la variante circulante.
Otro factor que se consideró para eliminar el uso obligatorio del barbijo son las altas coberturas de vacunación en los grupos de edad que presentan un mayor riesgo a contraer una enfermedad grave.
Sin embargo, desde el Ministerio de Salud aún sostienen las recomendaciones de cuidado durante momentos de alta circulación tanto de SARS-CoV-2 como de otros virus respiratorios, tales como asegurar la ventilación de los ambientes y mantener la higiene frecuente de manos, así como también de usar el barbijo en espacios cerrados, incluyendo los ámbitos laborales, educativos, sociales y el transporte público.