Si bien la “punta del iceberg” podría haber sido una filtración sobre el contenido de la última reunión de Gabinete, más precisamente cuando el Presidente Javier Milei supuestamente dijo, en ese marco, que dejaría a los gobernadores “sin un peso” si no apoyaban la “Ley Ómnibus”, también habrían molestado trascendidos que fueron saliendo a la luz mientras se avanzaba en las negociaciones por la norma que el Gobierno nacional aspira a convertir en ley en lo inmediato.
No obstante, reina un “hermético” silencio en la Casa Rosada sobre lo que sería la inminente salida del ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, a poco menos de dos meses de haber asumido a su cargo. De hecho, hasta el momento no hubo ningún tipo de comunicación oficial -ya sea para desmentir o ratificar la versión-, por lo que reina la expectativa en torno a lo que dirá el vocero presidencial, Manuel Adorni, cuando ofrezca su habitual conferencia de prensa.
Por tanto y a la espera de que el Ejecutivo se pronuncie sobre la suerte del funcionario, sí desde la noche del jueves circuló -extraoficialmente, claro está- la posibilidad de que en el caso que Ferraro finalmente se termine alejando del Gabinete, su estructura pasaría a ser absorbida por la cartera que conduce el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, con lo cual pasaría a controlar secretarías de importancia, tales como la de Obras Públicas, la de Transporte y la de Vivienda.
Ahora, entonces, resta que desde la Casa Rosada arrojen una definición concreta respecto a la catarata de rumores que, de confirmarlos, se materializaría una sorpresiva baja a poco tiempo de haber iniciado su gestión.