Una situación inesperada que tuvo como víctima a la princesa de Holanda, la argentina Máxima Zorreguieta, dejó al descubierto en un juicio un secreto a voces en la prensa del corazón.
(Cuarto Intermedio – 28 de mayo de 2010)- Las fotos que aparecen como hallazgos exclusivos son, en realidad, robadas y luego vendidas a las editoriales.Ello surge de la causa en la que los periodistas de la farándula Liliana Castaño y Luis Ventura, editores responsables de las revistas Caras y Paparazzi, fueron sobreseídos por el hurto de una cámara fotográfica de Zorreguieta.La Cámara Federal analizó los descargos presentados por los periodistas, uno de los cuales explicó cómo llegaron las fotos a su medio y extendió la descripción a otros casos, aunque no los identificó: “En general se trata de situaciones aprovechadas por familiares o amigos o empleados de casas de revelado”.El sincericidio les valió a los periodistas zafar de la causa ya que, según la Cámara Federal, no se puede probar que ellos supieran que el material que publicaron proviniera de un hecho ilícito.