La Legislatura de Córdoba declaró al cuarteto como “género musical propio, característico y tradicional de la provincia de Córdoba”, pero a la sanción de esa ley no le faltó una polémica.
El legislador vecinalista Aurelio García Elorrio votó en contra (la aprobación fue 60 a 1) porque, dijo en el recinto, que en los bailes de cuartetos se venden drogas.
“Yo les pedí ayuda. Les dije que por favor ayudaran en la lucha contra el narcotráfico. Que no cantaran en los lugares donde se vende droga ni en los lugares donde les ofrecen a los chicos droga en la puerta. Y, además, en nombre de muchas madres, les pedí que pusieran en las letras de sus canciones consignas claras contra la drogadicción”, explicó García Elorrio al concluir la sesión.
La opinión del vecinalista, un reconocido luchador contra el narcotráfico en Córdoba, molestó a los cuarteteros presentes en el recinto, varios de los cuales amenazaron con irse. Carlos “Mona” Jiménez afirmó: “Esto no es un homenaje, es un castigo”.
“La ley proclama al Cuarteto como patrimonio cultural inmaterial de la provincia; es una forma de reconciliarnos y reconocer algo que todos tenemos en común”, explicó la autora de la iniciativa, la radical Olga Rista.