El fiscal federal de La Plata, Sergio Franco, renunció dos días después de la resolución del Tribunal de Enjuiciamiento que lo suspendió en funciones por mal desempeño.
En 2011, Franco quedó en el ojo de la tormenta porque no investigó al juez Julio Miralles, quien fue acusado de participar del arreglo de sentencias con un grupo de abogados.
Se trataba de causas vinculadas con el “corralito” y lo que se investigaba era una maniobra mediante la cual el juzgado exigía a los litigantes cambiar de abogado y con el nuevo, supuestamente en connivencia con el juzgado, obtenía el amparo favorable.
El fiscal Franco omitió la investigación y consideró que se trataba de una falsa denuncia de los empleados del juzgado; descartó que se emplearan mecanismos espurios de elección de juzgado y sólo observó irregularidades menores que hicieron prescribir la causa.
Fue la propia Cámara Federal la que promovió la investigación. Y ante las explicaciones del fiscal, promovió su suspensión, que luego derivó en renuncia.