En los tiempos que corren, donde la prensa y el gobierno de turno vienen librando una intensa batalla pública y privada (en el primer caso a través de los medios y en el otro por medio de operaciones y “papers” reservados), las “esquirlas” de ésta lucha son convertidas en municiones de grueso calibre por singulares personajes de la las redacciones.
(Cuarto Intermedio – 6 de agosto de 2010)- Tal es el caso del periodista y columnista Carlos Pagni, quien viene pregonando (y sobre todo fogoneando), una disputa de tintes “cuasi faraónicos” entre una empresa de telecomunicaciones que sí, mantuvo diferencias entre sus filiales, pero que recientemente logró alcanzar un acuerdo que dejaron satisfechas a ambas partes. Para aquél que no estaba al tanto del asunto, se trata de lo sucedido entre Telecom Italia y su homónima Argentina, por el número del porcentaje en el paquete accionario de cada una.Es por ello que lejos de sincerarse consigo mismo y con sus lectores por un problema que finalmente no resultó ser tal (y por el que desde hace meses venía escribiendo apocalípticas líneas), Pagni decidió ampararse nuevamente en “su versión” y en “su” conocimiento de los acontecimientos: solo hubieron perdedores y unos pocos que como siempre, lograron salirse con la suya…En su columna publicada en el diario La Nación del 6 de agosto del corriente, el periodista tituló su artículo de la siguiente manera: “Notorio fracaso de Kirchner en su objetivo de poner un pie en Telecom”. Ahora bien y lejos de cuestionar la credibilidad o solidez de algunas de sus fuentes (donde se mencionan viajes y supuestos encuentros que en la práctica nunca se llevaron a cabo), Pagni en ningún párrafo hizo mención o ni siquiera un “mea culpa”, por así decirlo, de la cantidad de acusaciones e imprecisiones con las que venía argumentando las hipótesis de sus anteriores escritos. Al contrario y según la interpretación que se puede hacer de su mirada, solo hubo unos pocos que, como siempre, lograron salirse con la suya…Palabras y expresiones como “arreglo”, “negocio”, “enemigo”, “guerra que parece estar terminando”, “gran burlado”, “estrategia”, “fracaso” y “perdedor”, entre otras, forman parte del manual de estilo de este periodista que suele utilizarlas para marcar la diferencia entre la noticia y la intencionalidad de la misma. En este caso en particular, resulta un “fracaso” apelar a los medios de comunicación para hacer bandera y peor aún, predicciones de un acontecimiento ajeno a las instituciones y a la agenda real de la política nacional que Pagni sí, se empecinó en pergeñar. Lástima entonces, que esta manera de hacer periodismo afecte la credibilidad con la que la prensa, en su conjunto, debería capitalizarla para velar por el bien de las instituciones. Una vez más, el gran burlado es el lector y Pagni, como siempre, logró salirse con la suya…