Desde el fallecimiento de Néstor Kirchner, fueron muchas las voces del oficialismo que vienen proclamando la candidatura de Cristina Fernández. No obstante, nada se ha escuchado aún de quien esperan que se quede en la Casa Rosada por cuatro años más.
(Cuarto Intermedio – 7 de enero de 2011)- Con el lanzamiento formal del senador radical Ernesto Sanz, la lista de candidatos presidenciales para las elecciones de este año comenzó a engordarse. Pese a que aun los aspirantes al Sillón de Rivadavia deben pasar por los comicios internos de sus respectivas fuerzas políticas, la disputa amaga con recrudecerse a partir de marzo.Pero hay una candidatura que se hace esperar y que es, según palabras de un sector del peronismo, la “natural” de su partido. Hablamos, claro está, de la de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es que a pesar de las insinuaciones que vienen haciendo ministros, gobernadores, intendentes y legisladores, que proclaman a Cristina Fernández como la cabeza de lista en los comicios presidenciales, aun no se ha escuchado de boca de la propia primer mandataria sus verdaderas intenciones para comandar (o en su defecto apadrinar), el proyecto y modelo del Frente para la Victoria del 2011 en adelante.Según trascendieron fuentes gubernamentales, existe cierta preocupación por el mutismo de la Presidenta respecto de su candidatura, puesto que consideran que hoy por hoy es quien mejor representa y encarna las posturas e ideas del oficialismo. No obstante, desde su entorno más íntimo aseguraron que esa postura tiene una explicación: quiere evitar a toda costa un hipotético escenario que la sitúe en segunda vuelta.Con sus posibles contrincantes buscando el punto máximo de maduración en relación con el electorado, Cristina estaría especulando todas las variables que se le podrían presentar. Estas son, como consignamos más arriba, la posibilidad de un balotaje y, en caso que así fuera, contra quién. En este último punto, la incomodaría, por ejemplo, tener que enfrentar a Ricardo Alfonsín, cuya figura viene en ascenso y asoma como el que finalmente terminará representando a la Unión Cívica Radical (UCR) por un lugar para Balcarce 50. Distinto sería el caso si el oponente en segunda vuelta fuera el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Allí, la Presidenta correría con sobradas ventajas porque como bien se sabe, el grueso del perfil ideológico del votante macrista se aglutina, principalmente, en la Capital Federal. Entonces, allí sí, a la primer mandataria no le incomodaría tener que afrontar una instancia como esa.Siguiendo la obsesiva relación que su esposo mantenía con las encuestas (la mayoría de las veces clave para la toma de decisiones), Cristina estirará hasta último momento su anuncio para buscar la reelección en la Casa Rosada. Mientras tanto, estará atenta a las mediciones que arrojen los otros candidatos y a que otro conflicto de carácter social (como lo fueron la toma de terrenos, los incidentes con los trenes y los cortes de energía), no generen “valles” en la curva de su imagen.