Memoria y presente; Auschwitz y Darfur

Una y otra vez, la semana del 27 de enero es especial. Es especial para la historia de la humanidad, porque el 27 de enero... Por Cuarto Intermedio

Una y otra vez, la semana del 27 de enero es especial. Es especial para la historia de la humanidad, porque el 27 de enero se conmemora el Día Internacional de la Memoria de las Víctimas del Holocausto.

(Cuarto Intermedio – 28 de enero de 2011)- Auschwitz es tal vez el símbolo de la muerte de la historia moderna de occidente; el 27 de enero de 1945, el día de su liberación, es el momento que dio inicio a la esperanza, a un nuevo amanecer.La era de las telecomunicaciones y la información permite que aquello que ocurre en una punta del globo repercuta en otro, desde los goles de Lionel Messi hasta la internación de Mandela, pasando por los huracanes del Mar Caribe, la tensa situación en Túnez y los banquetes romanos organizados por Berlusconi. Algo de positivo tiene todo esto: los acontecimientos, presentes y pasados no pasan tan desapercibidos. Los ayuda-memoria existen; más fácil recordar. Ahora bien, ¿sirve para algo?Claro que sí. Ese día de ese enero, hace 66 años, la fábrica de la muerte cesó en sus funciones. Poco a poco, una parte significativa del mundo comenzó a enterarse de los horrores a los que puede llegar el ser humano. Cuerpos desnutridos más allá de los límites de la imaginación, pilas y pilas de cadáveres pudriéndose a la vera de los árboles y ríos, emanando un hedor fermentado, penetrante, invasivo; miradas perdidas, almas deshechas; vivos, muertos, muertos vivos… Recordar sirve para construir un mejor futuro, más sólido. Sirve también para aprender de la historia (aunque resulta evidente que la imperfección humana atenta contra este concepto). En el caso concreto que nos convoca, el Día Internacional de la Memoria de las Víctimas del Holocausto contribuye a combatir la discriminación y la intolerancia. Es una cabal ejemplificación de que el odio es una fuerza destructora mucho más poderosa de lo que uno cree, y que precisamente por eso, como hombres y mujeres debemos alertar a la sociedad frente a quienes intentan consumar un hecho semejante al holocausto. Y si no sirve para que los países más poderosos de la tierra intervengan a tiempo, sirve para dormir con la conciencia tranquila.Darfur es un buen ejemplo. Allí, la situación se cobró aproximadamente 300.000 vidas, y provocó el desplazamiento de más de 2 millones de personas. Desplazamiento quiere decir que estas familias viven en campos de refugiados, tanto en otras regiones del país como en el vecino Chad, habiendo huido por miedo a ser asesinados. La discusión de si Darfur es un genocidio o no aún no está cerrada; lo cierto es que una multiplicidad de factores han dado lugar a una situación humanamente insostenible.Sudán es el país más grande de África, ocupando una superficie vastísima, tanto o más que toda Europa, con una población de aproximadamente 40 millones de personas. Su historia incluye dominio árabe desde el siglo XIII hasta 1820-22, cuando fue conquistada por los ingleses. Siendo que el interés real y estratégico de estos conquistadores estaba en Egipto, Sudán pasó a ser el patio trasero de estos dos países, hasta que se independizó en 1956. Desde entonces, quien gobierna es una elite basada en Khartoum, su capital en el norte, que continuó olvidando y segregando al sur. El norte, mayoritariamente árabe, es quien tiene el poder, y es en el sur, poblado por negros de mayoría cristiana y animista, en donde se encuentran los jugosos recursos petrolíferos. En 2003 y 2004, disputas de poder entre el gobierno central y sus adversarios del frente islámico fogonearon y apoyaron a milicias árabes que se dedicaron a atacar pueblos, contaminar sus fuentes de agua, violar sistemáticamente a las mujeres y asesinar a los hombres. Si bien mermó, lamentablemente el conflicto está lejos de ser resuelto, incluso a pesar de que la Corte Penal Internacional, a instancias de su fiscal, el argentino Luis Moreno Ocampo, pidió la captura del presidente sudanés, Omar al-Bashir, por crímenes contra la humanidad. En el medio de un referéndum celebrado hace pocos días, que decidirá si el sur se separa del norte, China continúa sus relaciones con Khartoum comprándole petróleo, Rusia vendiéndole armas y Estados Unidos presionando por información de inteligencia referida a Osama Bin Laden y Al Qaeda. La memoria histórica contribuye a hablar de ciertos temas, y a poner el foco sobre ciertos temas. Así como el surgimiento del Estado de Israel en 1948 permitió abordar y resolver una problemática histórica, recordar el holocausto y honrar la memoria de sus víctimas es necesario para que el tiempo no borre fácilmente las cicatrices. Con esas cicatrices es que, desde este y otros lugares, podemos abogar para que la locura no se repita. Los avances en Sudán (un potencial acuerdo de paz) y el hecho de que nos hayamos enterado de que George Clooney haya contraído malaria, es una prueba de ello.