La reforma de la norma es impulsada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli y la “capitalizó” el titular de Diputados. En el Senado, primero la quieren “mirar”.

(Cuarto Intermedio – 18 de marzo de 2011)- La estrategia preparada por un sector del oficialismo legislativo para convertir en ley, en una jornada de sesiones paralelas en ambas Cámaras, la reforma de la ley de elecciones internas partidarias, no alcanzó el resultado esperado. El proyecto fue aprobado en Diputados pero el Senado se limitó a darle entrada formal, desairando las expectativas de que la tratara el jueves mismo, para lo que contaba con los apoyos necesarios de la oposición.Ahora, el proyecto deberá aguardar para su sanción al menos dos semanas más, abriendo un compás de espera que podría modificar el escenario de apoyos del resto de los bloques.La reforma en marcha apunta a eliminar el sistema D’Hont en el reparto de candidaturas entre los sectores internos que participen de los comicios de cada fuerza, y que dispone que a partir de un piso del 10% de los votos las minorías pueden integrar las listas definitivas. Con el cambio, cada partido utilizará el piso que establezca su carta orgánica.El proyecto que plasma esa reforma fue aprobado en Diputados con un amplio acompañamiento de la oposición. La UCR, el GEN, el Pro-Peronismo (macristas y felipistas), Celeste y Blanco (denarvaístas) y la Concertación cobista lo votaron a favor, aunque con reservas. Sólo la Coalición Cívica se opuso. Así, seis de los siete bloques políticos de la Cámara baja lo aprobaron desde el argumento de que el cambio “apunta a recuperar la autonomía de los partidos”.“Este proyecto tuvo mala prensa y creemos que en efecto la motivación es resolver problemas puntuales de los intendentes. Pero es un avance para que los partidos puedan poner sus propias reglas”, dijo el presidente del bloque radical Ricardo Jano. La CC fundó, en tanto, su solitario rechazo en que “el partido de gobierno cada dos años modifica las normas según su conveniencia”, como señaló Sebastián Cinquerrui.Pero el rol de la oposición quedó en un segundo plano, tras la decisión del oficialismo en el Senado -que sesionó simultáneamente- de no tratar el proyecto, lo que hubiera derivado en su sanción definitiva. Ocurre que la reforma de la ley electoral fue pedida por los intendentes peronistas, impulsada por el gobernador Scioli y formalmente presentada por el presidente de Diputados, Horacio González, que “capitalizó” así el rédito político de cara a la interna del oficialismo. Pero aunque desde la Cámara baja se promocionaba desde hacía días la estrategia de sesionar en simultáneo con el Senado para “sacar” la ley, en la Cámara Alta juran que no sólo no los participaron del proyecto, sino que “nadie, ni Scioli ni González, nos dijeron que iban a girar la iniciativa para que la votáramos en el mismo día”.“Nunca nos manifestaron apuro alguno para que el Senado la tratara hoy mismo”, decían cerca del presidente interino de esa Cámara, Federico Scarabino.Resurgía así una falta de sincronización y un clima de tironeos que viene caracterizando a la relación entre los oficialismos en el Senado y en Diputados.