El deportista especializado en la disciplina “lucha” Carlos Mauricio Cabello, quien vio tronchada su carrera a raíz de una descarga eléctrica que sufrió en 2004 en el Centro Deportivo de Alto Rendimiento por cables pelados en un gimnasio, recibirá una indemnización por parte del Estado, según dispuso un fallo judicial.
La Corte Suprema, en su último acuerdo, dejó firme el fallo dictado en abril de 2014 por la Sala Tercera de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal -con las firmas de los jueces Guillermo Antelo, Graciela Medina y Ricardo Recondo- que dispuso la indemnización para el deportista.
“La relación jurídica entre el Estado Nacional y Cabello estuvo regida normativamente en función de las disposiciones y práctica administrativas concernientes al otorgamiento de becas deportivas en el ámbito del gobierno federal. Al actor le fue conferido dicho beneficio, lo que le permitió residir en el CENARD, usar sus instalaciones para entrenar junto con el equipo que integra la Selección Nacional de Lucha”, sostiene el fallo, ahora ratificado.
La relación de los deportistas con el CENARD, dice el fallo, apunta a “dotar a los deportistas argentinos que sean aptos para representar al país en el plano internacional, de todas las facilidades necesarias que permita el presupuesto anual de gastos. No se concibe que el Estado Nacional confiera esos beneficios desentendiéndose del estado de las instalaciones en que deben entrenar los atletas”.
El hecho ocurrió el 5 de febrero del 2004, cuando Cabello sufrió la descarga mientras entrenaba en el gimnasio “J” ubicado dentro del CENARD, cuando “estaba llevando a cabo ejercicios de elongación sentado al costado del colchón de lucha, cerca de una de las paredes”.
“De pronto, recibió una descarga eléctrica que lo hizo salir despedido unos metros y perder el conocimiento… que junto a la pared de la que había partido la descarga había cables eléctricos desnudos sin aislante en las puntas que surgían de una caja de luz sin tapa ni protección. Como al sufrir el shock las luces no se apagaron, la instalación no contaba con disyuntores”, resume el fallo.
Como consecuencia de la descarga, Cabello padeció “una marcada disminución de fuerza muscular en miembro superior izquierdo, con pérdida de la motricidad fina. Su mano hábil desde el nacimiento es la mano izquierda, y luego del accidente debió aprender a escribir con mano derecha. Con motivo de pérdida de fuerza muscular así como de daño neurológico en miembro superior izquierdo el actor no pudo realizar deportes de alto rendimiento, de combate ya que se emplea fuerza sobre todo el tren superior, lo que motivo el abandono de su carrera en forma profesional”.