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Los métodos que utiliza el sindicalismo argentino para imponerse a las listas opositoras no han sido, históricamente, lo más civilizados. Desde el fondo de la... Por Cuarto Intermedio

Los métodos que utiliza el sindicalismo argentino para imponerse a las listas opositoras no han sido, históricamente, lo más civilizados. Desde el fondo de la historia, las pujas sindicales suelen dirimirse a los golpes, cuando no a los tiros.

(Cuarto Intermedio – 10 de mayo de 2011)- De hecho, ahora mismo hay una causa bajo investigación en la Justicia en la que los familiares del sindicalista Roberto Roger Rodríguez, del gremio de Obreros de Maestranza, sostienen que fue asesinado por una interna sindical.La situación se agrava cuando, explícita o tácitamente, la Justicia avala esos métodos. La información indica que tres acusados de haber agredido a un compañero de trabajo como una forma de aconsejarle que no se postulara a un cargo de delegado, fueron sobreseídos por un tribunal. Los jueces Mario Filozof, Luis Bunge Campos y Marcelo Lucini beneficiaron a tres presuntos agresores identificados (otros tres no fueron reconocidos por la víctima) porque “no se cuenta con testigos que puedan aportar datos de interés” para el esclarecimiento del hecho. En los casos de delitos de naturaleza sexual, la Justicia suele valorar el relato de la víctima con mayor consideración, porque se trata de hechos que se producen en la intimidad y sin testigos. En este caso, aunque no hubo agresión sexual, sí la hubo física, pero el criterio fue muy diferente.“La versión dada por la víctima se ve debilitada, ya que no encuentra corroboración en ningún elemento de prueba ni quedan medidas pendientes de producción que puedan arrojar luz acerca de lo verdaderamente acontecido”. Con ese argumento, dejaron impune la agresión a un pretenso delegado que, la próxima vez, lo pensará dos veces.