La justicia argentina parece imbuida en los últimos tiempos de un cierto contenido nacionalista mediante el cual intenta reivindicar la soberanía.      

(Cuarto Intermedio – 30 de junio de 2011)- Hace algunas semanas, un juez penal intimó mediante un oficio a la Embajada de Estados Unidos por un caso que denunció una funcionaria de esa legación y no concurrió -como corresponde- a ratificarla ante el juzgado. En los casos de extradición, los tribunales a menudo piden informes adicionales a las embajadas sobre los sistemas carcelarios de los países requirentes, porque buscan asegurar que los extraditados no serán torturados ni sometidos a tratos crueles e inhumanos en sus naciones.El dato que faltaba lo completó la semana pasada la Cámara Laboral. El tribunal condenó al Estado de Bulgaria a indemnizar con unos 100 mil pesos más intereses a una trabajadora argentina que se desempeñaba en su embajada en Buenos Aires, a la que despidió argumentando incumplimientos y ofensas que ni siquiera intentó probar en el expediente. Y aquí, la tendencia de la Justicia laboral, a diferencia de lo que ocurría durante el menemismo, está abiertamente a favor del trabajador.“Se trata de un contrato de trabajo celebrado entre la Embajada de la República de Bulgaria y una trabajadora de nacionalidad argentina que fue ejecutado en nuestro país, resultando de aplicación en la especie, las previsiones de la Ley de Contrato de Trabajo”, dijeron los integrantes de la Sala Décima de la  Cámara, Enrique Brandolino y Daniel Stortini.