La construcción al revés (o deconstrucción)

La revolución de las comunicaciones contemporáneas casi todo lo permite. Si no lo escuchaste en una entrevista radial, lo lees en Internet. Si en la... Por Cuarto Intermedio

La revolución de las comunicaciones contemporáneas casi todo lo permite. Si no lo escuchaste en una entrevista radial, lo lees en Internet. Si en la oficina no apareció en el diario impreso, está en Twitter. ¿Qué cosa? Todo. Lo que dicen los periodistas y lo que dice la gente. Otra de las maravillas de la democracia actual.    

(Cuarto Intermedio – 14 de julio de 2011)- En un mensaje de menos de 140 caracteres, y refiriéndose al resultado de las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, el periodista e historiador Diego Valenzuela contó lo siguiente: “me dice el taxista que me lleva… El FpV sacó 14%, el resto es de Ibarra y Sabbatella” (Macri ganó con un contundente 47% y Filmus lo secundó con 19 puntos menos). Por otra parte, un amigo de amplia trayectoria en el ámbito judicial me transmitió la siguiente frase, en tono reflexivo: “qué paliza le dieron a La Cámpora, eh”. Y ahí fue cuando -nuevamente- comencé a indagar en las similitudes y diferencias históricas entre lo que ocurre en este tiempo y lo que ocurría en tiempos de “El Tío”. O intentar entender los procesos.Héctor José Cámpora fue un efímero Presidente de la Nación (algunos apasionados y jóvenes militantes del kirchnerismo no lo saben). Su mandato duró sólo 49 días, y sirvió de transición entre el peronismo proscripto por 18 años, y la asunción de Perón a la presidencia, luego de su regreso al país desde el exilio y de haber obtenido más del 60% de los votos en la elección. Cámpora, odontólogo de profesión, tenía una trayectoria política, pero su salto a las primeras planas se produjo en 1971, cuando “El General”, quien residía en España, lo nombró su delegado personal. Inspirados en la revolución cubana, y luego en la primavera de Praga y en el mayo francés, los jóvenes argentinos de entonces soñaban genuinamente con transformar la realidad. Algunos creían en la necesidad de la lucha armada, y otros simplemente participaban activamente en política con la esperanza de lograr un país mejor. Es en ese contexto, de permanente ebullición y masiva militancia, que Cámpora reorganizó el movimiento peronista (apelando entre otras cosas a la afiliación generalizada) preparando el terreno para la elección que lo llevaría a él a la presidencia, y posteriormente permitiría la vuelta de Perón al país. En otras palabras, el sustento del líder provenía de las bases -tanto de derechas como de izquierdas-, y es ese mismo pueblo el que dio la vida por sus ideas y principios.Curiosamente, el proceso de construcción política de la agrupación llamada La Cámpora (afín al kirchnerismo) es a la inversa. Si bien conserva el nombre del hoy famoso odontólogo, propone un método que no emana de las bases, sino que se cimienta de arriba hacia abajo. No es el pueblo quien unge a su líder, sino que es la administración de turno quien a través de cargos públicos (AnSes, Aerolíneas Argentinas, puestos en ministerios, directores estatales en empresas privadas) y nominaciones en listas a legisladores (nacionales, provinciales y municipales) promueve la participación en política. También lo hace desde la opinión de personalidades conocidas, especialmente fomentando a artistas con quienes tiene ciertas coincidencias, y desde programas de TV. Es posible que el sistema de incentivos para crecer en la organización, como también los requisitos mínimos para participar, no estén del todo aceitados, pero a priori, no está ni bien ni mal; se trata simplemente de una descripción de un estado de situación.Ahora bien, si este proceso fuese exitoso, aquellos referentes políticos sometidos a la voluntad popular deberían recibir un aluvión de votos. Sin embargo, en la primera elección relevante por su dimensión esto no sólo no se dio, sino que permite diferentes lecturas. Juan Cabandié, actual legislador porteño y miembro de La Cámpora, acompañó al senador Daniel Filmus en la lista oficial del Frente para la Victoria (FpV). Filmus obtuvo el 27.78% de los votos, y Cabandié solamente el 14.06%. ¿Es entonces La Cámpora la gran perdedora de la elección en su principal distrito? Del 27% de Filmus, ¿qué parte es apoyo genuino al FpV y qué parte son votos que simpatizan con Ibarra o Cerruti (candidata del espacio de Martín Sabbatella) pero no necesariamente con la administración nacional? ¿Estamos viviendo un proceso de construcción continua (dado que el FpV hizo su mejor elección en la Capital) o un proceso de fin de ciclo? Estas preguntas pronto serán respondidas. Se viene la elección en Santa Fe, el ballotage en la Ciudad, la elección en Córdoba y las primarias del 14 de agosto.Sorprende, sin embargo, que figuras públicas que dicen defender la democracia, como el artista Fito Páez (de amplísima trayectoria como artista e indiscutida figura del rock nacional), hayan declarado que “da asco la mitad de Buenos Aires” que votó al PRO. O que Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de ministros, haya dicho, criticando el voto a Macri con improcedente ironía, que “los pueblos tienen los gobiernos que se le parecen”. En ejercicio pleno de nuestros derechos democráticos, reprender a quien piensa distinto, y mucho más cuando se trata de la expresión del pueblo, suena un tanto altanero. De hecho, para Rousseau, renombrado filósofo político, del pueblo soberano emana lo que él llama la voluntad general. Y el poder que rige a la sociedad es la voluntad general, que mira por el bien común de todos los ciudadanos.Si el ciclo “K” se sostiene o se derrumba, sólo el pueblo (dentro de poco) lo dirá. Pero con la expresión del pueblo, no. El pueblo siempre tiene razón.