La Cámara de Casación se quedó con un magistrado menos: El juez Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso se alejó del cargo para acogerse a la jubilación.        

(Cuarto Intermedio – 1 de septiembre de 2011)- Después de una vertiginosa carrera en la que se recibió de abogado cuando estaba por cumplir 38 años, terminó ocupando uno de los cargos más importantes en el principal tribunal penal del país. Rodríguez Basavilbaso trabajó en la  “Cámara Federal en lo Penal”, un tribunal especial más conocido como “el Camarón”, creado durante la dictadura de Alejandro Lanusse para entender exclusivamente en “delitos subversivos”. El tribunal estuvo sospechado durante toda su existencia de perpetrar aprietes y cuanto menos tolerar apremios ilegales a detenidos políticos. Fue disuelto por el Congreso durante la breve presidencia de Héctor J. Cámpora. Como fiscal de Cámara en San Martín, el septuagenario ahora ex juez opinó que la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin en 1977, a manos del marino Alfredo Astiz, debía tramitar ante la justicia militar, un fuero de excepción limitado a cuestiones que exceden largamente la delincuencia común. Organismos defensores de los derechos humanos también le endilgan haber pedido licencia justo cuando le tocaba firmar un fallo que disponía la prisión preventiva de José Alfredo Martínez de Hoz. Al igual que la mayoría de sus colegas, Rodríguez Basavilbaso fue designado camarista de Casación por el gobierno de Carlos Menem. Y, como otros de similar condición y pensamiento, terminó yéndose de la justicia durante el kirchnerismo.