Legisladores del oficialismo y la oposición polemizaron por un proyecto que impide a intendentes electos tomar licencia para ocupar otros cargos.
(Cuarto Intermedio – 3 de enero de 2012)- La avanzada de legisladores de la oposición contra las denominadas “candidaturas testimoniales” a través de un proyecto de ley que impide a los intendentes electos tomar licencia para ocupar otros cargos, generó en las últimas horas cruces en torno a los casos recientes de jefes comunales designados ministros o funcionarios en el gabinete provincial.Representantes del oficialismo y la oposición se cruzaron en torno a la iniciativa impulsada por el diputado bonaerense de Alternativa Peronista que busca modificar la legislación de forma tal, que cuando un intendente electo no asuma su cargo se deba convocar a un nuevo comicio para elegir otro jefe comunal.En rigor, el proyecto dispone que los intendentes electos que decidan no asumir sus cargos sólo puedan contar con un período de seis meses de licencia para pasar a ocupar un cargo en el Poder Ejecutivo. En ese plazo, serán reemplazados por el primer concejal electo en su lista. Pero cumplido el medio año en esa condición, se deberá convocar a comicios para elegir un nuevo intendente. La votación se realizará con la posterior que se convoque para la renovación del Concejo Deliberante.Por otra parte, el legislador presentó un proyecto de resolución para que se modifique el Reglamento Interno de la Cámara de Diputados de manera tal que los integrantes del cuerpo que pasen a ocupar un cargo en el Poder Ejecutivo tampoco puedan renovar su licencia de seis meses, por lo que a su término deberán optar entre la banca y el cargo ejecutivo.Las iniciativas de Lissalde fueron presentadas en la Legislatura a poco de que se abra una nueva polémica en torno a las candidaturas testimoniales por el caso de tres intendentes electos que pidieron licencia o renunciaron a sus cargos para ocupar espacios en el gabinete sciolista. Se trata de Cristian Breitenstein, que logró la reelección en Bahía Blanca pero que decidió asumir como ministro de la Producción; Gustavo Arrieta (de Cañuelas, ahora en Asuntos Agrarios) y Ricardo Curetti (de Carmen de Patagones, ahora titular de la dirección de Vialidad provincial).En seguida, el senador nacional del Frente Amplio Progresista (FAP), Jaime Linares, adelantó que el bloque de su fuerza en la Legislatura provincial respaldaría la iniciativa y aprovechó para reeditar sus duras críticas contra Breitenstein. Ex intendente de Bahía Blanca, Linares fue uno de los que cuestionó con mayor dureza al ahora ministro de la Producción por no haber asumido al frente de la comuna en la que fue electo. “Es una falta de respeto a la ciudadanía”, dijo.Los cuestionamientos de Linares generaron a su vez una áspera réplica desde su “pago chico”. El presidente del bloque de concejales del Frente para la Victoria, Santiago Mandolesi, fijó postura en contra del proyecto al defender la actitud de Breitenstein. “Intentar modificar las normas para restringir derechos, es siempre una cuestión grave y delicada. A los intendentes los pone y los saca la gente con su voto”, manifestó.También el diputado del Frente para la Victoria, Guido Lorenzino, rechazó el proyecto de Lissalde al afirmar que “quienes fueron electos para un cargo y pasan a cumplir otras funciones le otorgan legitimidad a los puestos ejecutivos”.“Es un error plantear este tipo de reformas. Los cargos electos por la voluntad popular sólo pueden ser revocados de esa manera y no por una ley”, indicó el legislador sciolista.En ese marco, Lissalde dijo que el proyecto que presentó en la Cámara de Diputados no buscó generar polémica, sino que fue “hecho con buena fe” y a fin de que se terminen las controversias en torno a este tema.