Al final… ¿de qué lado estaba?

Acorralado por el golpe revitalizador que recibió el gobierno tras las elecciones y viendo su rango de acción cada vez más acotado, el matutino La... Por Cuarto Intermedio

Acorralado por el golpe revitalizador que recibió el gobierno tras las elecciones y viendo su rango de acción cada vez más acotado, el matutino La Nación expresó a través de sus páginas (aunque implícitamente) que “Clarín miente”. Cuenta de ello dio un perfil publicado recientemente.                

(Cuarto Intermedio – 18 de enero de 2012)- “El Gobierno tendrá el control total del mercado de papel para diarios”; “Por qué la ley restringe la libertad de prensa”; “Consiguió la AFIP inhibir los bienes de LA NACION”; “Inacción y silencio del Gobierno ante el ataque a LA NACION y Clarín”; “Boudou y De Vido dicen que La Nación y Clarín desinforman, pero anuncian nuevas quitas”; “Vergonzosa manipulación de los derechos humanos”.Inocente, tal vez, fue pensar que no podrían resistir al archivo. Pero no… De hecho, tal fue esa inocencia, que además apostaron a la pérdida de memoria por parte de sus lectores (cosa que tampoco sucedió): No hace falta dirigirse a una hemeroteca para observar los virajes editoriales que fue adoptando el diario La Nación a lo largo de su historia, sino que basta con recordar su posición para con el gobierno nacional en 2011, donde claramente se observaban las “devoluciones de gentilezas”.No obstante, vale la pena recalcar que a partir de la guerra mediática de la que vienen siendo protagonistas el Grupo Clarín y la Casa Rosada tras el voto “no positivo” de Julio Cobos a la resolución 125, el diario La Nación tuvo que tomar partido dentro de lo que sería una lucha entre “buenos y malos” (según la óptica de la administración kirchnerista). Fue a partir de entonces, que el ánimo social por aquellos días decidió que el “bando de los buenos” sería el contrario al del gobierno; ergo, junto al del multimedios dirigido por Héctor Magnetto.     Amenazado por la ley de medios y en particular por la embestida contra Papel Prensa, el diario La Nación no solo decidió “afilar el lápiz” al momento de redactar sus editoriales, sino que también las crónicas comenzaron a cuestionar y a poner bajo la lupa todo aquello referido a las decisiones gubernamentales. Aunque todo ello resultó en vano: la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual está cerca de vencer esos dos artículos (30 y 161) que le impiden su aplicación plena; y el Senado nacional, habiendo trascurridas unas pocas semanas del recambio legislativo, logró sancionar la ley que regula la distribución del papel de los diarios (o sea, total injerencia sobre Papel Prensa). En definitiva, la contraofensiva desde Balcarce 50 pesó mucho más que los titulares que daban supuesta cuenta de un incipiente gobierno “chavista” en la Argentina… Ya en 2012, más precisamente el pasado sábado 14 de enero, sorprendió a más de un lector la publicación de un perfil firmado por Hugo Alconada Mon titulado “Zannini, el dueño de decretos y secretos”. En él, donde abundan palabras por demás edulcoradas hacia el secretario Legal y Técnico de Cristina, se lo posiciona como el hombre más poderoso e indiscutido del gabinete, incluso por encima de la figura del vicepresidente Amado Boudou. Laborioso, cauto, fiel, reservado y con un difícil pasado personal y de militancia, según se lo describe, el “Chino” parecería ser el apuntado por el diario de Saguier para barajar y dar de nuevo. ¿Raro, no, que de buenas a primeras los demonios pasen a ser ángeles? Quiérase o no, el cambio de año trajo para el diario La Nación el objetivo de materializar a “esa figura divina” dentro del gobierno (la que todo lo puede), resaltando nada más ni nada menos que al funcionario con más llegada a los oídos de la Presidenta: Carlos “el Chino” Zannini. ¿Habrá sido este perfil una muestra de buena voluntad para recibir el perdón desde Casa de Gobierno? Haberlo hecho con la figura de Cristina quizás hubiese resultado obvio… Pero hacerlo con el número “dos”; importantísimo para las relaciones del más alto nivel, aunque casi ignoto para el común de la sociedad… Sería un acercamiento un poco más sutil sin impactar en la opinión pública, tal vez… Por ahí, con la llegada del nuevo año y tras realizar un balance de los resultados arrojados por el conflicto con el gobierno nacional, se arribó a la conclusión de que “si no puedes con tu enemigo, únete a él”.