No es un político al que le sobre carisma a la hora de dar entrevistas y sus fondos de campaña son bastante magros en comparación al de sus contrincantes en la provincia de Buenos Aires.
(Cuarto Intermedio – 24 de junio de 2009)- Será por esta razón que fue elegido tres veces consecutivas como intendente de Morón, partido del Conurbano bonaerense que alberga a más de 350 mil habitantes. Accedió a ese cargo por primera vez en 1999 cuando sólo tenía 27 años y venía de liderar una comisión investigadora sobre delitos de corrupción en su distrito, que era gobernado hasta entonces nada menos que por el polémico Juan Carlos Rousselot. Cuando Sabbatella llegó al poder, la intendencia era un paradigma de la corrupción menemista, como muchas otras. Más de cien barras bravas del club de fútbol de la Primera B Nacional, Deportivo Morón, formaban parte del plantel de ñoquis del municipio, y en base a un trabajo intenso de recolección de denuncias y soportando aprietes de todo tipo, poco a poco los violentos fueron excluidos de la función pública.
Una de las primeras medidas que tomó como intendente fue crear una oficina Anticorrupción, y la transparencia se transformó en uno de los pilares de su gestión. Durante su función logró que el 49 por ciento de los hogares tuviera desagüe cloacal, que el 75 por ciento de las viviendas acceda al agua corriente de la red pública y bajar el índice de las necesidades básicas insatisfechas de los habitantes al 7.7 por ciento. Está claro que estas cifras por si solas no son muy alentadoras, pero si se las analiza dentro del contexto del conurbano bonaerense, la objetividad de los dígitos se valorizan más.
Si bien se inició políticamente como secretario del bloque parlamentario en el Frepaso, y luego fue uno de los pocos funcionarios de la malograda Alianza con el radicalismo que sobrevivió a la crisis del 2001, al año siguiente decidió formar su propio espacio político. Así fue que nació Nuevo Morón, frente con el que ganó las elecciones distritales en 2003 y 2007.
Comparte muchas de las posturas del gobierno nacional pero también critica otras tantas. Apoya la política de derechos humanos, la estatización de Aerolíneas Argentinas y de las AFJP, pero reniega de la falta de determinación del matrimonio presidencial para modificar las estructuras clásicas y clientelistas del Partido Justicialista.
Para el pesar de muchos de los vecinos de la zona oeste que lo saludan de forma amena por la calle y que le piden que “no los deje”, Sabbatella determinó que era el momento de dar el salto y apostar a jugar en ligas mayores. Para ello el 29 de abril de este año le dio forma institucional a Nuevo Encuentro, el partido político que lo lleva en el primer lugar de la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.
Está claro que este joven político bonaerense de 39 años corre con desventaja respecto al aparato partidario con el que puede contar el presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, o a los millones de pesos que Francisco De Narváez destinó para hacer campaña en todos los medios posibles, pero los que lo conocen saben que el ex intendente de Morón igual les dará pelea hasta el final. Y si las encuestas no fallan demasiado en sus cálculos previos, quizás hasta se asegure una banca en la nueva conformación de la cámara baja.