El juicio por las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura en la Escuela de Mecánica de la Armada podría realizarse en la sede de la propia ESMA, hoy convertida en museo del horror.
La decisión podría ser tomada en las próximas semanas por el Consejo de la Magistratura, conjuntamente con la Cámara de Casación Penal.
Más allá de la decisión eminentemente simbólica que muestra el proyecto, también apunta a subsanar un problema que viene afectando a la Justicia en megacausas por delitos de lesa humanidad: no hay espacio lo suficientemente grandes y adecuados para celebrar juicios con multiplicidad de imputados y acusadores.
La semana pasada el presidente del Consejo, el académico kirchnerista Manuel Urriza, y el representante del Poder Ejecutivo Hernán Ordiales recorrieron los salones de la ESMA en compañía del Tribunal Oral Federal número cinco que debe celebrar el juicio.
Se trata de una causa con más de 60 acusados y 800 víctimas, gran parte de ellos desaparecidos pero también sobrevivientes.
La única duda que persiste es cuánto tiempo demorará acondicionar una sala para hacer el juicio.
Si las medidas de seguridad e infraestructura pudieran solucionarse rápidamente, Alfredo Astiz, Jorge “El Tigre” Acosta, Ricardo Cavallo, Jorge Radice, Antonio Pernías y Adolfo Donda, entre otros, volverán a la ESMA, esta vez presos y para escuchar en ese lugar, en el que torturaron y mataron, que morirán en la cárcel.