Brasa caliente

Al presidente del PJ, Daniel Scioli, no le sentó nada bien la nueva función que le encomendó su saliente predecesor, Néstor Kirchner Así como en... Por Cuarto Intermedio

Al presidente del PJ, Daniel Scioli, no le sentó nada bien la nueva función que le encomendó su saliente predecesor, Néstor Kirchner Así como en su provincia, el partido del General también atraviesa por una compleja situación.

 (Cuarto Intermedio  – 3 de julio de 2009)- ¿Cuánto durará o aguantará Daniel Scioli al frente del Partido Justicialista? Nada se sabe a aun a ciencia cierta. Entre los portazos que se sucedieron en torno al matrimonio presidencial (precedidos por el mismísimo Néstor), no sería para nada descabellado pensar que esa misma idea no ronde en la cabeza del gobernador bonaerense por estas horas.

Pese a querer mostrarse conciliador y con intenciones de reorganizar un partido del que hasta la semana pasada era el vicepresidente (¿por qué no haberlo hecho antes entonces?), Scioli, de corta militancia dentro de las filas del PJ, cree que recibiendo con un café a mandatarios provinciales en la sede de la calle Matheu, podrá encolumnarlos detrás suyo hasta tanto se decida quien lo sucederá. A cambio de ello, solamente recibió críticas y fue ninguneado por los principales gobernadores e intendentes que estaban excluidos de la mesa chica justicialista. Cuenta de ello dieron primero el gobernador de Chubut, Mario Das Neves y Carlos Lole Reutemann después, quien manifestó haber recibido un mensaje de Scioli en su celular pero que no lo llamó porque no estaba para hablar del tema en ese momento. “Él es la autoridad partidaria y que se haga responsable. Yo no voy a participar ahora”, fueron sus palabras rápidamente desparramadas por los medios de comunicación.

Otros que salieron a lucirle su indiferencia al flamante titular del PJ fueron Gerónimo Venegas, Ramón Puerta, Juan Carlos Romero, Francisco De Narváez, Felipe Solá y Jorge Busti. Todos ellos, frente a distintos micrófonos y habiendo pasado solo cuatro días de gestión.

Por si fuera poco, el notorio incremento de casos positivos con personas que contrajeron la Gripe A, encendieron luces de alarma en la administración Scioli porque la provincia deberá inyectar fondos (además de los que provengan de la Nación) a su sistema de Salud que ya viene colapsado, incluso antes de la aparición de la nueva Influenza. Todo esto, en el marco de un mes donde el grueso de la administración pública cobrará el aguinaldo y donde gracias al plebiscito del 28 de junio pasado, 7 de cada 10 personas votaron en su contra en la provincia de Buenos Aires.

En ese contexto, el ex vicepresidente seguramente intente capitalizar la situación para esperar cuales serán los pasos que tome una liga de gobernadores en ciernes y de esa forma salirse de la manera más decorosa posible en pos de mantener intacta su imagen sin recibir el cachetazo político que ello le implicaría. “Llegada la situación de decidir entre el partido y la provincia, sin lugar a dudas optaría por la segunda opción. Hoy por hoy, el PJ es una brasa con la que Daniel no arriesgará a quemarse”, se escuchó decir en los pasillos de la gobernación bonaerense. 

Es por ello que así como Néstor Kirchner previó que luego de su derrota electoral un frente interno de mandatarios provinciales se agruparían para reclamarle cambios en las políticas económicas y sociales del gobierno, Scioli hará la excepción a su regla e intentará escaparle a la característica fidelidad para con sus mentores de turno. Con tibieza y sutileza, admitió en “on” que se está discutiendo quién será el próximo líder del PJ y, en “off”, que no ve la hora de dar un paso al costado de la cúpula pejotista.