Mientras el Ejecutivo abrió el diálogo con los demás partidos políticos, el oficialismo en el Congreso aguardará hasta agosto para sentar a sus legisladores y dar quórum. A diferencia de lo ocurrido el año pasado, confían en que  el tema de las retenciones haga su arribo lo más consensuado posible. 

 (Cuarto Intermedio  – 20 de julio de 2009)- Tal como se esperaba, la convocatoria al diálogo por parte del gobierno hacia los partidos de oposición no iba a centrarse solamente en la reforma política como lo había ideado el matrimonio presidencial desde un principio. De hecho, tanto Cristina Fernández como sus ministros debieron ceder y escuchar la batería de reclamos que arrojaron la UCR y el Acuerdo Cívico y Social en la reunión de la semana pasada.

Durante la primera ronda de diálogo, la oposición pidió que se practicaran cambios en las políticas económicas y cuestionaron la decisión de mantener en su puesto al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, puesto que consideran que resultó beneficiado y fortalecido con los recientes cambios en el gabinete. “La reforma política es una decisión importante pero la debemos discutir todos en la misma mesa. Hoy en día, hay cuestiones de tipo económicas y maneras de hacer política que no pueden esperar para ser atendidas”, dijo uno de los legisladores que participó de la convocatoria.

Por su parte y luego de la primera reunión, el gobierno (que tiene como principales interlocutores a Florencio Randazzo y a Aníbal Fernández), impartió la orden a sus jefes de bloque en el Congreso de la Nación, para que comiencen a negociar con la oposición el tema de los superpoderes, el impuesto al cheque y sobre todo, el de las retenciones al agro, que promete ser el que más discrepancias encontrará en los proyectos que saldrán de ambos bandos.

Es por ello que el oficialismo en diputados no prestará el quórum por lo menos hasta entrado el mes de agosto, ya que apuesta a que el tema de las retenciones se resuelva primero en el ámbito del Consejo Económico y Social para luego sí, hacerlo pasar al parlamento nacional. Por lo pronto, solo se convocará a reuniones de comisión y se intentará convencer entre propios y ajenos, a que lo mejor será esperar los resultados que arroje el Consejo, en lugar de desempolvar los proyectos que surgieron en respuesta a la Resolución 125 del año pasado.