La Cámara Federal porteña le había ordenado a Canicoba Corral que en el término de 24 horas realizara un nuevo análisis de la situación de salud de Suárez, atento a que el tribunal oral había considerado que por su estado sería mejor atendido en su casa, rodeado de sus familiares, que en la prisión de Ezeiza, donde está alojado.
Canicoba se excedió en los plazos y su defensa, a cargo del abogado Alejandro Argibay Molina, presentó un recurso de “queja” por retardo de justicia. Poco después, Canicoba respondió rechazando nuevamente el pedido, tal como lo hizo al menos en una decena de oportunidades desde que se inició el expediente y ordenó su detención, en 2016.
Suárez tiene ahora la posibilidad de recurrir nuevamente a la Cámara, ya que se produjo lo que técnicamente se conoce como “strepitus fori” (escándalo judicial), es decir, fallos contradictorios sobre una misma situación: para un tribunal debe estar en prisión domiciliaria, para otro en una cárcel común.