El sistema electoral propuesto en Tierra del Fuego permite que se presenten a elecciones distintos “lemas” conformados por “partidos políticos, alianzas o frentes electorales”, y “sublemas” que son fracciones de esos mismos espacios políticos. Para realizar el escrutinio se contabilizan los votos de cada sublema, y el espacio ganador suma los sufragios de todo el resto del lema.
De esta forma, puede darse el caso de que el ganador de una elección no sea el candidato más votado, ya que para el resultado final se tienen en cuenta los votos logrados por cada lema, y no los sublemas en forma individual.
El proyecto que se debate en Tierra del Fuego contempla la aplicación de un mecanismo similar para la elección de diputados provinciales, en la que el sublema ganador acumula los votos del lema, y lema con más sufragios impone la lista de su sublema con más adhesiones, que luego ingresa tantas bancas como surja de la aplicación del sistema proporcional D´Hont.
La discusión sobre el sistema electoral fueguino surgió a partir de lo ocurrido en las elecciones provinciales de este año, en la que proliferaron los acuerdos de sumatoria de votos, o “colectoras”.