La decisión de un grupo de diputados provinciales de ese espacio de facilitar el tratamiento del proyecto de reforma impositiva impulsado por el gobernador Daniel Scioli abrió fuertes divisiones.
La crisis interna que se desató en la bancada de diputados provinciales del Pro Peronismo tras la sesión del jueves pasado, en la que un sector del bloque prestó apoyo al oficialismo para la aprobación de la reforma impositiva, derivaría en las próximas horas en una ruptura formal, de la que surgirían tres nuevos espacios en la Cámara baja.
Aunque por ahora la división no fue oficializada, fuentes cercanas al bloque aseguraron que la ruptura no tiene vuelta atrás. Según trascendió, el espacio de once legisladores se partiría en tres. Uno, agruparía a dos diputados cercanos al intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino, otro quedaría conformado por macristas puros, mientras que en el tercero permanecerían los diputados encabezados por Marcelo Di Pascuale, cuestionados por sus compañeros por facilitar el quórum que requería el oficialismo para tratar la ley impositiva.
Dos miembros de la bancada, Rubén Eslaiman y Carlos Acuña, cercanos a Cariglino, oficializarían la salida del bloque para conformar una bancada independiente.
En ese marco, un grupo de diputados que representan a la pata macrista del bloque también se escindirían: encabezados por el platense Julio Garro, el grupo incluye a Jorge Srodek, Verónica Couly y Jorge Alves.
En tanto, Marcelo Di Pascuale, señalado como quien estuvo al frente de la negociación con el oficialismo y que habilitó con el quórum la sesión del jueves, se quedaría con una bancada de cinco legisladores. Allí quedarían además de Di Pascuale, Gustavo Ferri, Nancy Monzón, Olrando Yans y Juan Carlos Piriz.
La crisis se inició por la decisión de la conducción del bloque del Pro Peronismo de facilitar el quórum que requería el oficialismo para iniciar la sesión y de acompañar “en general” el proyecto, que generó un fuerte rechazo de parte de otros miembros.
Entre los que no acompañaron a Di Pascuale se generó un profundo malestar por lo que consideran una jugada inconsulta. Según trascendió, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, había dado orden a sus legisladores de no bajar a dar quórum y de rechazar la norma.
La crisis también sacudió a la bancada de Unión Pro Peronista en el Senado. Aunque en este caso los legisladores no se plegaron a la estrategia del oficialismo y rechazaron el proyecto, la ausencia en la sesión del jueves pasado de uno de sus miembros, el macrista Jorge Zamperetti, fue duramente reprochada por sus compañeros, ya que al bajar el número de presencias en el recinto facilitó las chances del Frente para la Victoria de conseguir la mayoría especial para sancionar el proyecto de reforma fiscal.