Se trata de una joven que estaba “cerca del escenario” cuando ocurrió la tragedia, alcanzó a salir del local y se desmayó en la calle. Si bien no quedó incapacitada, sí sufrió trastornos emocionales por los que ahora deberá ser indemnizada.
En su demanda había reclamado 230 mil pesos. Un fallo de primera instancia le reconoció unos 80 mil, pero la Sala Cuarta de la Cámara corrigió esa cifra y la incrementó a 364.800.
El fallo atribuyó responsabilidades por partes iguales al gobierno de la Ciudad y al de la Nación.
Los camaristas Jorge Morán, Marcelo Duffy y Rogelio Vincenti subrayaron que “se ha demostrado que concurren individualmente los presupuestos de responsabilidad con relación al GCBA y el Estado Nacional, pues se verificaron omisiones imputables a ambos niveles de gobierno con idoneidad suficiente para atribuirles los daños por los que se reclama”.
“Se encuentra fehacientemente acreditado el impacto negativo que imprimió la tragedia en el aparato psíquico de la actora y, por ende, la existencia de secuelas permanentes”.
La víctima deberá afrontar “un tratamiento psicológico individual, con una duración aproximada de tres años y una frecuencia de dos sesiones semanales”.