El juez de la Cámara de Casación Eduardo Riggi se excusó de seguir interviniendo en la causa por la denominada “Masacre de Pompeya”.
Se trata del caso en el que Fernando Carrera estuvo siete años detenido hasta que la Corte Suprema de Justicia dejó sin efecto un fallo de la Casación que firmó el propio Riggi y dos jueces que ya no están en el fuero (Guillermo Tragant y Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso).
Riggi es el juez que aparece mencionado en la causa por el presunto tráfico de influencias del ex juez federal subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid para, pago de sobornos mediante, obtener la excarcelación de los primeros siete detenidos por el crimen de Mariano Ferreyra.
Técnicamente, Carrera está condenado en primera instancia pero sin ratificación de Casación, que debe volver a expresarse.
Riggi argumentó que, como ya había opinado en el fallo anulado, ahora se sentía inhibido de seguir interviniendo en el expediente.
La excusación ya fue aceptada por sus colegas Raúl Madueño y Liliana Catucci.