La audiencia de la semana pasada en New York entre los bonistas y la Argentina no arrojó resultados nada favorables para estas latitudes. Incluso, Cuarto Intermedio pudo indagar de que el juez Thomas Griesa se fastidió con la postura nacional y, por consecuente, dejó entrever que emitirá su sentencia en menos de un mes.
Según aquellos que participaron de la audiencia del pasado viernes convocada por el juez Thomas Griesa, la representación legal argentina salió con muecas de preocupación tras finalizar el encuentro. Es que para los allí presentes, al magistrado norteamericano se lo notó particularmente molesto y decepcionado con el abogado del gobierno nacional porque entendió que le había proporcionado las suficientes oportunidades y tiempo a la Argentina para que se pudiera llegar a un entendimiento con los bonistas.
De hecho, la paciencia del juez terminó por acabarse luego de que éste le preguntara al letrado argentino (por tres veces consecutivas) si el país estaba dispuesto a pagar la deuda. Ante el silencio y la falta de respuestas por parte del emisario nacional, Griesa, visiblemente molesto (según el relato de los allí presentes), le solicitó entonces al abogado del gobierno que algún funcionario de la Argentina ratifique su voluntad del pago de la deuda a través de una declaración de juramento.
“Parece que Griesa ya dejará de ser condescendiente con la Argentina. Se lo notó particularmente decepcionado con el representante argentino porque desperdició la oportunidad de aprovechar todo el tiempo que les había dado a su favor para que se organicen con el pago de la deuda”, manifestó una de las personas pertenecientes a un bufete norteamericano que formó parte de la audiencia.
Es por ello, que justamente con “tiempo”, el juez neoyorkino le “retribuirá” a la Argentina la falta de buena voluntad a la hora de negociar: antes del tres de diciembre emitirá definitivamente el fallo donde indicará que se incluyan a los holdouts en el pago de la deuda.