La Cámara Civil rechazó la demanda que entabló la familia de un fumador intensivo de tres atados de cigarrillos diarios, contra una tabacalera. El hombre murió de cáncer de pulmón en 1999.

  (Cuarto Intermedio  – 5 de febrero de 2009)- La familia reclamó una fuerte indemnización aduciendo que la tabacalera, mediante sus productos y la publicidad que incita a su consumo, le había causado la enfermedad.Pero los jueces Omar Díaz Solimine, Luis Alvarez Juliá y Beatriz Cortelezzi rechazaron la pretensión, argumentando quien fuma lo hace “por voluntad propia” y, siendo advertido sobre los riesgos que conlleva el tabaco, “no puede calificarse de víctima inocente”. Además, “tampoco se encuentra probado que sea imposible dejar de fumar”. El fallo sostiene que tanto la producción de tabaco cuanto la publicidad de los cigarrillos son actividades lícitas, y en consecuencia no se les puede achacar responsabilidad por los daños sufridos por el fumador que murió de cáncer.