Irán, el eje de un encuentro

EE.UU. tiene bien en claro lo que quiere y precisa de la Argentina en torno al único tema que realmente le asigna preocupación y prioridad:... Por Cuarto Intermedio

EE.UU. tiene bien en claro lo que quiere y precisa de la Argentina en torno al único tema que realmente le asigna preocupación y prioridad: las relaciones con Irán y el alineamiento de Bs.As a la política de Washington en torno a Teherán.Por Jorge Carlos Brinsek Director de Productora deServicios Periodísticos SA(www.prosep.com.ar)

(Cuarto Intermedio – 14 de abril de 2010)- Obama se hizo desear, es cierto. Pero ya el Departamento de Estado había hecho sus cálculos para brindarle a la mandataria argentina un lugar preferencial en la conferencia sobre desarme nuclear. Las relaciones entre Argentina e Irán están reducidas al mínimo nivel por las órdenes de captura por parte de la justicia nacional contra funcionarios y ex funcionarios del régimen persa por su presunta responsabilidad en la voladura de la AMIA, en julio de 1984. Y partiendo de la bíblica premisa de que el enemigo de tu enemigo es tu amigo, Obama -tras marcar ostentosamente que hay cosas que no le gustan de su colega sudamericana y menos de su marido- finalmente mantuvo el tan ansiado y buscado encuentro que emborrachó de euforia a la Casa Rosada.No hay que olvidar por otra parte que la Argentina es uno de los pocos países en el mundo, pionero en dominar la tecnología nuclear, fundamentalmente en lo que hace al tratamiento del uranio natural con agua pesada, del cual se extrae el plutonio, materia prima de la bomba atómica.En los años 70, con los militares en el poder, la Argentina logró cerrar el ciclo básico para la elaboración de la bomba atómica, algo que puso en alerta al mundo y particularmente a Israel luego de tomar conocimiento del desarrollo de avanzada de ingeniería misilística. Ya en democracia, y en los tiempos de Raúl Alfonsín, la construcción -en cooperación indirecta con Irak- del misil “Cóndor II”, puso los pelos de punta al Estado hebreo, consciente de que el vector -con un alcance efectivo de mil kilómetros- podía cubrir holgadamente el trayecto entre Bagdad y Tel Aviv.Finalmente, con la asunción de Carlos Menem, todo se cerró de un plumazo. El proyecto nuclear quedó reducido a una mínima o nula expresión y la cohetería nacional fue desmantelada con el envío de los 14 motores propulsores a los Estados Unidos. Decenas de ingenieros altamente capacitados quedaron sin trabajo pero en menos de 24 horas fueron fagocitados por organismos espaciales norteamericanos y europeos que los contrataron con primas millonarias. Pero esa, como solemos decir aquí, ya es otra historia.Lo concreto es que ahora Obama necesita que Cristina hable el mismo idioma que Washington frente a Irán. Brasil está atravesando un período de transición en plena campaña de recambio presidencial y Lula -mencionado por no pocos como futuro secretario general de Naciones Unidas- tiene que mantener un delicado equilibrio frente a las naciones musulmanas si no quiere ser vetado por éstas en su crucial candidatura.Cristina siempre se ha esforzado por demostrar que habla inglés. Pero por las dudas dos traductoras -la del propio Obama y la que la acompañó desde Buenos Aires- se encargaron de poner muy en claro cada palabra del mandatario norteamericano a su interlocutora respecto a tan delicado tema. En palabras más simples. Obama necesita el voto de Cristina para que Teherán no siga avanzando con su proyecto atómico.Razones más que suficientes para dejar de lado los sainetes previos y permitirle a Cristina lograr su foto junto a la figura más importante del mundo.