Reemplazante natural de Alberto Balestrini al frente del partido provincial, el líder de la CGT cosecha adhesiones y fuertes resistencias.
(Cuarto Intermedio – 19 de abril de 2010)- La certeza de que una eventual recuperación física del vicegobernador Alberto Balestrini demandará mucho tiempo luego de haber sufrido un severo accidente cerebro vascular han generado particular incertidumbre con relación a la jefatura formal del PJ bonaerense, donde ejerce la presidencia del consejo partidario provincial. Ocurre que el número dos de ese órgano es el titular de la CGT, Hugo Moyano, y ya hay signos de resistencia a que el sindicalista reemplace interinamente a Balestrini en la cumbre de la conducción del partido.El mecanismo de elección de los 48 miembros del consejo del PJ de la provincia determina que el presidente sea el único propuesto puntualmente para ese cargo, mientras que el resto se postula para consejeros, y son éstos una vez electos, los que acuerdan el “reparto” de las vicepresidencias, la secretaría general y los demás cargos de la conducción.Con ese esquema, en la última interna se presentó una única lista, del peronismo alineado con Néstor Kirchner, que llevó como candidato a presidente a Balestrini y como consejeros a poderosos intendentes del Conurbano, legisladores y funcionarios del gobernador Scioli. Y de ese grupo surgió el resto de la conducción, en la que ocupan los principales lugares Hugo Moyano, vicepresidente; la ministra de Infraestructura de la provincia, Cristina Alvarez Rodríguez, vice segunda; y el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, secretario general.Sin trayectoria político-partidaria específica en términos históricos -aunque por supuesto es un peronista genético-, el líder de la CGT fue designado número 2 del PJ bonaerense por expreso pedido de Néstor Kirchner, de la misma manera que ha sido su alianza con el gobierno nacional la que le ha permitido desde 2003 ser el vice 2º del PJ nacional y ubicar a dirigentes de su gremio como diputados nacionales, legisladores provinciales y concejales en varios distritos bonaerenses.En ese marco, la dirigencia política del peronismo provincial aceptó ubicar a Moyano en la vicepresidencia partidaria, pero tiene con él una relación sumamente compleja, cruzada por periódicas tensiones. A los intendentes, en principio, no les resulta “justo” que un sindicalista, que además no tiene trabajo político territorial en la provincia, los relegue en cargos partidarios. “No nos sentimos representados”, suelen decir. Pero es fundamentalmente el particular estilo del sindicalismo que practica Moyano y las “consecuencias institucionales” que les provoca a sus municipios lo que convierte en difíciles y a veces ríspidas las relaciones entre el jefe de la CGT y los intendentes bonaerenses.Ya se sabe que el gremio de Moyano, camioneros, figura entre los que han conquistado los mejores sueldos del país y los que obtienen los aumentos más altos, además de desarrollar una agresiva política de incorporación de afiliados. Y en ese marco, pertenecen al gremio de camioneros los empleados del servicio de recolección de residuos; el servicio más caro que deben afrontar las comunas, en algunas de los cuales ha alcanzado niveles decididamente excesivos frente a sus presupuestos.Lo cierto es que en el ala política -que conforma el 99,9% del consejo partidario, en rigor- ya hay resistencias a que, como vicepresidente que es, Moyano asuma interinamente la titularidad del PJ. Y algunos ya imaginan una movida: que el consejo en plenario redistribuya los cargos y elija un nuevo vicepresidente que ejerza ese interinato.La duda que todos confiesan, sin embargo, pasa por si Néstor Kirchner permitirá esa jugada.