Luego de que el Gobierno nacional permitiera el ingreso de carne con hueso a la Patagonia (medida que finalmente quedó en suspenso por noventa días), el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, opinó que eliminar la barrera no beneficiará a los consumidores patagónicos.
“Más del 60% de la carne que se consume en Río Negro proviene del norte del país, y los precios no bajaron. El consumo no mejoró. Y los que realmente pierden son los productores locales”, consideró a través de su cuenta de X.
En ese sentido, el mandatario afirmó que la evidencia es clara ya que durante los últimos dos meses en el resto del país el kilo de costilla subió de $9.000 a $14.000 y que la exportación cayó casi un 20%. Además, agregó que el país alcanzó el valor en gancho más alto del Mercosur, con US$5,17 por kilo, muy por encima de Brasil y Paraguay.
Asimismo, advirtió que el problema radica en la concentración del negocio cárnico. “La distorsión está en otro lado: en un modelo que margina al interior y convierte la comida en un privilegio para pocos”, remarcó.
Finalmente, Weretilneck señaló que la resolución en debate “no tiene sustento técnico ni económico”, y que se trata de una “imposición diseñada para beneficiar a los grandes exportadores y supermercados, sin considerar el impacto devastador que puede tener sobre las provincias que hicieron las cosas bien”.
“No podemos dimensionar lo que está en riesgo. Estamos realmente preocupados ante la posibilidad de que esto avance. Por eso, defendemos la Patagonia, el trabajo, la salud animal y el desarrollo de nuestra región. Defendemos a nuestros productores. Aceptar que destruyan la barrera sanitaria que nos llevó 20 años construir es entregar la Patagonia. Y eso sí que nunca lo vamos a hacer”, completó.