El simulador

A diferencia de lo que algunos medios interpretaron acerca del cambio del modo de hacer campaña del líder del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, a partir... Por Cuarto Intermedio

A diferencia de lo que algunos medios interpretaron acerca del cambio del modo de hacer campaña del líder del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, a partir de la imitación que hicieron de su persona en el programa televisivo conducido por Marcelo Tinelli, las razones de la mutación del candidato por la provincia de Buenos Aires seguramente no sean tan superfluas como lo quieren hacer parecer. 

 (Cuarto Intermedio – 19 de mayo de 2009)- Si bien hoy hay muchos personajes de la política que carecen de seriedad y rozan lo ridículo, caer en una conclusión tan precaria suena cuanto menos simplista.La primera señal clara de cambio que esgrimió el ex presidente de la Nación se notó la semana pasada durante el discurso del lanzamiento de la campaña del Frente para la Victoria en el Teatro Argentino de La Plata, donde utilizó un tono de voz sereno y sin sobresaltos, algo bastante inusual en sus oratorias, y donde escogió utilizar palabras conciliadoras en lugar de las descalificadoras. Tanto Kirchner, como sus colaboradores más cercanos, están muy pendientes de todas las encuestas que circulan por los medios, de las propias y las ajenas, y en los últimos sondeos notaron que aquella victoria holgada que otrora conseguían en la provincia de Buenos Aires ya no es tan cómoda.Más allá del color y los intereses de las distintas mediciones, ninguna de ellas da como ganadora a la formula oficial encabezada por el santacruceño y Daniel Scioli por más de 4 o 5 puntos promedio por sobre su perseguidor inmediato, el polémico Francisco De Narváez del Pro. Si bien en el entorno del kirchnersimo saben que es difícil que cedan el liderazgo en las encuestas en el corto plazo que resta para la realización de los comicios parlamentarios, de consolidarse estos pronósticos el oficialismo perdería con la renovación de funcionarios entre 5 o 6 diputados en la cámara baja y pondrían en riesgo la mayoría propia que ostentan. En un primer momento y alertados de una baja considerable en la popularidad de la gestión del Gobierno, los K determinaron que lo mejor sería adelantar las elecciones de octubre para el 28 de junio para no seguir cayendo, y ahora, entre otras medidas estratégicas, optaron por atenuar el tono ofensivo de la campaña. Saben que en un futuro no muy lejano posiblemente necesiten de recomponer algunas alianzas parlamentarias para debatir leyes, más precisamente a partir de diciembre, cuando la renovación de los diputados y senadores se haga efectiva en las cámaras.Hay algo claro en épocas electorales, y es que un político en campaña es capaz de todo, ya sea de la oposición o del oficialismo. De contestar preguntas con frases hechas y eslóganes utópicos vacíos de contenido, de decir lo que el común de la gente quiere escuchar a pesar de no estar convencido de poder cumplirlo, y sobre todas las cosas, de simular lo que no es.