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En diputados ya se discute acerca del poder real con el que contará Néstor Kirchner para hacerle frente a una oposición revitalizada luego de las... Por Cuarto Intermedio

En diputados ya se discute acerca del poder real con el que contará Néstor Kirchner para hacerle frente a una oposición revitalizada luego de las elecciones. El oficialismo en tanto, comenzó a censar a sus soldados para saber con que poder de fuego contará en 2010.

 (Cuarto Intermedio  – 7 de julio de 2009)- La Gripe A no solo condicionó el normal desarrollo de actividades en el sector público y la justicia. El Congreso de la Nación tampoco estuvo exento de ello que además viene de una prolongada inactividad que data desde antes de las elecciones (salvo por alguna que otra reunión de comisión aislada).

No obstante, las reuniones comenzaron a sucederse por fuera de la agenda parlamentaria y los flamantes nuevos integrantes del radicalismo, Coalición Cívica y Unión PRO, están frente a la incógnita acerca de lo que pasará con las autoridades que presidirán la cámara Baja a partir de 2010.

El Frente Justicialista para la Victoria, que será primera minoría en el recinto, deberá hacerse cargo del sillón principal y eso ya despertó los primeros comentarios por parte de algunos miembros de la oposición puesto que el kirchnerismo llegará muy debilitado tras el revés electoral. Además, consideran que solo a fuerza de caja tendrán la potestad de negociar iniciativas con la ayuda de los ocasionales “aliados” de los que hizo mención la Presidenta en su pasada conferencia de prensa.

Por estas horas, el diputado Agustín Rossi deberá hacer un minucioso conteo y posterior scouting que le garantice a Cristina Fernández de Kirchner cierta hegemonía entre los legisladores con los que ya cuentan. Amagues de fuga como el sucedido recientemente por parte del bloque entrerriano de diputados, son los objetivos por los cuales el santafecino deberá estar alerta y trabajar para enmendar.

Por las dudas, desde Olivos ya están elaborando un paquete de leyes para mandar al Congreso antes de fin de año porque en el oficialismo son conscientes que después del 10 de diciembre no podrán fiarse de un grupo de aliados que, según la suerte que corra el kirchnerismo, no dudarán en saltar el cerco.