Quiero vale cuatro

En una jugada muy parecida a la del popular juego de naipes, el Gobierno cantó “truco” con la presentación del proyecto de Reforma Política; esperó... Por Cuarto Intermedio

En una jugada muy parecida a la del popular juego de naipes, el Gobierno cantó “truco” con la presentación del proyecto de Reforma Política; esperó que la oposición retruque con el argumento que la prioridad de los argentinos era el combate a la pobreza, para inmediatamente cantar “vale cuatro” y mostrar el “ancho” anunciando la asignación universal por hijo.

(Cuarto Intermedio  – 30 de octubre de 2009)- Sin sorpresas, al menos para nosotros que lo anticipamos semanas atrás, el Gobierno terminó los cálculos que le permitieron presentar su propio proyecto de universalización del subsidio para jóvenes menores de 18 años, medida de real impacto social con la que piensa dar por concluido el año, mientras que en el Parlamento la oposición busca la forma de frenar otros proyectos con significación política y electoral como la Reforma Política. Pero vayamos por partes.En el tema de la universalización del subsidio, como vinimos señalando, el Gobierno eligió la alternativa de extensión del salario familiar impulsada por la CGT a la propuesta de la CTA, y prefirió el camino del DNU en lugar de un proyecto de ley, con lo que si bien deberá producirse su ratificación parlamentaria, evitará compartir los aplausos con los sectores que desde hace tiempo venían reclamando medidas de lucha contra la pobreza.En lo que respecta a la Reforma Política, parecería que de tanto que se lo dijeron y de tanto analizar la evolución de los indicadores de imagen, Kirchner se convenció de sus escasas o nulas posibilidades de triunfar en las presidenciales del 2011, si es que no lograra postularse con el respaldo de la totalidad del aparato del peronismo. Así se minimiza el riesgo que le suceda lo mismo que a Ménem en el 2003. Después de seis años de beneficiarse con su degradación, ahora es necesario entonces fortalecer el sistema de partidos. La apuesta a triunfar en internas (primarias, en el proyecto oficial) es fuerte y lo demuestra la respuesta que inmediatamente le lanzó Duhalde, pero para Kirchner no había otra alternativa que tirar toda la carne al asador, aunque ello signifique precipitar su desenlace. Después de todo, varios analistas coinciden en predecir que su divorcio del poder se producirá en los peores términos.El otro aspecto significativo del proyecto presentado, el del financiamiento de la política, apunta a despejar la posibilidad de volver a perder una elección a manos de una billetera tan fuerte como la del Estado. Y ya sabemos que la eventual influencia de los medios será manejada desde la recientemente creada autoridad de aplicación de la Ley de Medios Audiovisuales.

Que la sigan…

Estas “jugadas” realizadas con cierta destreza por el gobierno, no sorprenden tanto como su empecinamiento en comunicar mal. Desde hace tiempo resulta un misterio develar cuál es el objetivo de los mensajes oficialistas, mensajes sectarios cargados de elementos que restan adhesiones y no suman nada.La desagradable y tristemente célebre frase que popularizó recientemente Diego Maradona, parece haberse convertido en una especie de doctrina que rige la práctica política del oficialismo. Parecería que no alcanza con el regocijo por los eventuales triunfos, sino que es necesario la provocación y el agravio artero contra quienes se considera adversarios. De otra forma no se explican gestos tales como la condescendencia para con funcionarios que meten la pata como Recalde hijo, con su charter de hinchas de fútbol K hacia Montevideo. Ni hablar de invitar a la Rosada y sentar en primera fila a un Pérsico, un Moreno, un D’Elía (procesado por la toma de una comisaría), o una Milagro Sala, posteriormente estrechada en un fuerte y prolongado abrazo con la Presidente. Todo ello sin olvidar las ya clásicas chicanas hacia la prensa y la oposición.