Marcada por los vaivenes de la dinámica electoral y con la mira puesta en los comicios de 2011, la Legislatura provincial comenzó a registrar en las últimas semanas intensos movimientos que podrían derivar en importantes cambios en el equilibrio de fuerzas.
(Cuarto Intermedio – 20 de diciembre de 2010)- Ese nuevo escenario comenzó a vislumbrarse en el Senado bonaerense, donde el bloque del Frente para la Victoria logró, sobre el cierre del año, consolidar una posición de mayor fortaleza, que le permitió incluso aprobar algunos proyectos en soledad y sin necesidad de contar con apoyo opositor.Para el oficialismo, el año que culmina estuvo marcado por el cambio en la composición numérica de los bloques tras el recambio legislativo de fines de 2009, que dejó a las bancadas de Diputados y el Senado en desventaja y con la obligación de buscar consensos entre la oposición para hacer avanzar sus proyectos o los girados por el Ejecutivo.A comienzos del año, el oficialismo contaba con un bloque de 36 diputados sobre 92 y con una bancada de 19 senadores sobre 46. Pero ese número ya se modificó en la Cámara alta, donde en virtud de los movimientos de legisladores opositores y el retorno de otros a las filas del Frente para la Victoria, llevó ese número a 21.Las grietas abiertas en la tropa de Unión PRO, un bloque que contiene a legisladores que enrolados en el macrismo con otros referenciados con Francisco De Narváez y duhaldistas, ya hicieron ganar posiciones al oficialismo en el Senado y podrían tener el mismo impacto en Diputados el año próximo si, tal como se anticipa, el bloque decide dividirse.El hecho de contar entre sus filas con el presidente en funciones Scarabino (que tiene “voto doble” en caso de empate) y el retorno a la bancada del radical Carlos Ferreyra y de la incorporación del ex Unión PRO José Antonio Nieto, le permite ahora contar con un número de legisladores que lo pone a sólo dos votos del “quórum propio”.Pero el alejamiento del senador Jorge D’Onofrio de las filas de Unión PRO para conformar un unibloque de corte peronista y vinculado al intendente de Tigre Sergio Massa, le da al oficialismo además un aliado importante en las votaciones, tal como sucedió en el tratamiento de la jubilación para las “manzaneras” y en otros temas de peso.La nueva y fortalecida posición le permitió al oficialismo en el Senado, incluso, aprobar “en soledad” y sin el voto de ningún bloque opositor, dos proyectos en las últimas sesiones del año, uno relacionado a la declaración del papel de prensa como bien de interés público y otro para disponer expropiaciones en tierras para el club Aldosivi.Con un panorama distinto, en la Cámara de Diputados el oficialismo no logró a lo largo del año modificar la perspectiva de desventaja numérica y debió desplegar estrategias varias para lograr la aprobación de leyes resistidas por la oposición. En ese trabajo de negociación, encontró respuesta en bloques como el radical y Unión PRO, que prestaron apoyos en votaciones particulares en base a acuerdos para la satisfacción de demandas particulares.Con un bloque de 36 legisladores sobre 92 bancas, el oficialismo podría, sin embargo, fortalecer su posición el próximo año, si tal como anticipan observadores políticos de varios frentes, la bancada de Unión PRO, de importante peso relativo, con 16 integrantes, se divide. La ruptura podría incluso producirse antes del inicio del período de sesiones, en febrero, en medio del divorcio político que atraviesan Mauricio Macri y Francisco De Narváez.