El juez en lo Penal Económico Daniel Petrone ordenó la semana pasada un careo entre uno de los pilotos del avión privado en el que el venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson trajo al país misteriosos 800 mil dólares, con una empleada de Migraciones.

(Cuarto Intermedio – 29 de marzo de 2011)- El objetivo era aclarar diferencias en los relatos sobre cómo había llegado el dinero al país y cómo había sido descubierto.  Pero el piloto y la empleada, a casi cuatro años de ocurrido los hechos, recordaron lo mismo que habían declarado en los albores de la causa.¿Se trataba de un dato fundamental para el esclarecimiento? Veamos: el piloto dijo que los pasaportes de las ocho personas que estaban en la aeronave los había entregado todos juntos a la empleada de Migraciones. Y la mujer insiste en que se los dieron en tres tandas, dos de tres pasaportes y una de dos.El careo fue pedido por la fiscal María Luz Rivas Diez. Y más allá de la anécdota, para la investigación no sirvió para nada. Apenas para estirar más los plazos que encaminan la causa a la impunidad.