Se trata de una iniciativa opositora, que establece nuevas pautas para las salas de juegos de azar en la provincia de Buenos Aires.
En medio del debate abierto por el oficialismo en torno al juego en la provincia de Buenos Aires, el presidente del bloque Unión Pro Peronista del Senado, Alfredo Meckievi, presentó un proyecto de ley que recorta los horarios de las Salas de Bingos de la provincia.
El proyecto tiene por objeto regular la actividad de las salas de juegos de azar conocidas como “Bingos” y “Tragamonedas”, estableciendo requisitos y limitaciones de accesibilidad a las Salas de Juego de Azar habilitadas en la Provincia de Buenos Aires.
Meckievi ya había presentado la iniciativa en otra oportunidad, aunque no había prosperado ante la negativa del oficialismo.
Ahora, en el marco de la disputa abierta en el oficialismo por el control del juego en la provincia, el senador opositor volvió a presentar su iniciativa, que recorta el horario de apertura de las salas de juego.
Según el texto del proyecto, las salas “no podrán permanecer abiertas más de nueve horas diarias, ni más de nueve horas corridas, no podrán abrirse antes de las 10 de la mañana, y deberán respetar un período de espera o recreación de al menos treinta minutos cada tres horas de juego corrido”.
En tanto, establece que para las salas habilitadas para funcionar en lugares turísticos y durante el término de temporada alta, podrán extender su horario a doce horas diarias, respetando el tope de nueve horas corridas.
Por otra parte, el proyecto exige la creación del “Registro de personas que padecen Ludopatía de la Provincia de Buenos Aires”, con la finalidad de no permitir el acceso de esas personas a las Salas de Juego existentes y a crearse en la provincia de Buenos Aires.
Meckievi explicó que “es esta la segunda oportunidad en que presentamos un proyecto de ley regulando el funcionamiento de las Salas de Bingo y Tragamonedas de la Provincia, territorio en el cual se encuentran abiertas las veinticuatro horas del día, muchas en zonas de poca actividad comercial, transformándose en lugares de reunión de quienes pretenden tener una actividad de esparcimiento. Pero este esparcimiento se transforma en una adicción con consecuencias terribles para los ciudadanos y para las economías locales”.