El camarista porteño Alfredo Barbarosch no goza de simpatías entre sus pares. Prueba de ello es que la Asociación de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial, la entidad que reúne a la plana mayor de la jerarquía de la Justicia, respaldó la denuncia de una sala de la Cámara del Crimen en su contra.
Se le atribuyen “agravios, persecuciones y acosos a los que son sometidos los secretarios y empleados de ese tribunal».
La asociación “ha dado crédito a la presentación de los funcionarios de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires respecto de los agravios, persecuciones y acosos a los que son sometidos por el doctor Alfredo Barbarosch”, informó la Lista Celeste, opositora a la actual conducción de la gremial de jueces, en un comunicado.
Como en YPF, aquí también se pusieron de acuerdo oficialismo y oposición, encolumnados detrás de lo que parece un objetivo común.
A mediados de abril pasado, un plenario de la Cámara del Crimen reclamó al Consejo de la Magistratura la “suspensión provisoria” del juez Barbarosch, a quien sus secretarios denunciaron por malos tratos que “podrían constituir acoso laboral” y resolvió adherir “a las presentaciones formuladas por los secretarios que prestan funciones en la Sala Primera del tribunal, cuya honorabilidad, capacidad y dedicación a la función es reconocida por cada uno de los firmantes”, los propios camaristas, excepto -claro está- Barbarosch.
Ahora, la Asociación adoptó una “actitud de excepción, apartándose de su tradicional comportamiento” y “ha enviado notas al Consejo de la Magistratura y a la Corte Suprema de Justicia sumándose a lo que oportunamente decidiera el pleno que solicitó el juicio político del magistrado”.