El policía Carlos Diego Pens fue procesado por “privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional, robo agravado por su comisión por parte de un funcionario policial y falso testimonio agravado”.
Su víctima fue el hijo del juez de instrucción del fuero penal Ernesto Botto, quien motorizó la causa y la llevó hasta este estado.
El 28 de marzo de 2009, dos jóvenes fueron interceptados por policías en la vía pública presuntamente por desórdenes que nunca llegaron a comprobarse. Uno era el hijo del juez Botto; tras pedirle documentos y reconvenirlos verbalmente, los dos policías que los demoraron les ordenaron que se retiraran del lugar. Pero el hijo de Botto habría notado que entre los documentos que le devolvieron faltaba dinero que poseía, unos 25 pesos, por lo que reclamó su devolución, lo que molestó a los policías que habrían “armado” una causa por supuesta “resistencia a la autoridad” contra los jóvenes.
La Sala Quinta de la Cámara del Crimen valoró los relatos de los testigos, quienes sostuvieron que “la agresión partió del policía y que no apreció ningún acto similar del joven hacia el efectivo policial”. También refutaron que los jóvenes hubieran tenido una conducta violenta porque estaban alcoholizados, ya que “el informe médico legal… nada dijo al respecto”.