La interna política de River Plate vuelve a estar al rojo vivo. Pese a que la violencia entre grupos antagónicos no se dirime a nivel de barras bravas, los enfrentamientos -verbales y algo más- llegaron una vez más a la justicia.
La semana pasada trascendió que tres activos militantes de la vida política del club fueron sobreseídos en una causa en la que estaban acusados de haber amenazado a dos oficialistas que apoyaron el presupuesto presentado por el presidente, Daniel Passarella, en una asamblea en agosto del año pasado.
Los sobreseídos fueron el socio José Alberto Serio, Maximiliano Lantero, y Hernán Risso, este último cercano a Antonio Caselli, hijo de un ex embajador del gobierno de Carlos Menem en el Vaticano.
Los tres estaban acusados de “haber amenazado a Marcelo Gabriel Fattori Querel y Elio Alejandro Lenco entre las 23 y 23:30 horas, en la playa de estacionamiento de la sede del Club Atlético River Plate mediante frases tales como ‘este voto te va a costar la vida’”.
Lo que el fallo no dice es que los sobreseídos en esta causa son víctimas en otras. Porque el enfrentamiento entre passarellistas y anti-passarellistas es de tal envergadura que unos y otros se agreden todo el tiempo, y van a tribunales a buscar una forma de solucionar por una vía menos expedita las diferencias que los separan. Ambas facciones protagonizaron a fines de agosto de 2011 una pelea en el interior del club en la que Serio resultó con una herida de arma blanca en el pecho, por la que estuvo acusado Fattori. Ello habría ocurrido tras una Asamblea de Representantes, en la que se trató la cuestión presupuestaria.
Fattori es representante de socios suplente y miembro de la Subcomisión de Futsal, en tanto que Lenco es un asambleísta.
“De las actuaciones se desprende que existirían dos facciones con intereses contrapuestos que se acusan mutuamente por agresiones y amenazas”, dejaron asentado los jueces Jorge Rimondi y Luis Bunge Campos.