El gobernador de Córdoba, quien viene asomando como el primer mandatario provincial y peronista que pone en tela de juicio las políticas económicas impartidas desde Casa de Gobierno, ahora se encuentra frente a la tarea más difícil para cualquier funcionario: cobrar notoriedad a nivel nacional.
El camino hacia la re-reelección de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner (en el caso que se lleve a adelante la reforma constitucional, claro está), parecería sumar un nuevo contrincante de cara al 2015.
Sabidas ya las aspiraciones de Mauricio Macri y blanqueadas también las de Daniel Scioli, el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, decidió ponerse manos a la obra y alzarse, en un principio, como la única voz del interior del país y del mismo color político de la primera mandataria, que cuestione algunos de los manejos que se vienen haciendo desde la Casa Rosada, en momentos que la oposición no logra ungir a un líder nato dentro sus partidos.
Es así, como el gobernador cordobés, primero, amagó hace unos meses con mandar un proyecto a la Legislatura para emitir cuasimonedas ante el rojo de las arcas provinciales (se avecinaba el pago de aguinaldos a los empleados estatales y también el de los jubilados) y luego, instruir a sus legisladores para que deroguen la adhesión al Pacto Fiscal firmado en 1992 por todas las provincias (se otorgaba el 15 por ciento de los recursos para financiar el sistema provisional nacional). Pero entretanto, De la Sota inició una ronda de consultas con aquellos gobernadores que estuvieran agobiados por los problemas financieros y, si bien logró concretar un valioso encuentro con Daniel Scioli para “hablar de economía”, lo cierto es que nadie más se animó a mostrarse crítico para con la administración kirchnerista por miedo a recibir represalias de tipo financieras desde Balcarce 50.
“Ojalá que muchas de las cosas que digo públicamente, pudiera tener la oportunidad de conversarlas mano a mano con la Presidenta”, manifestó De la Sota luego de presentarse ante la Corte Suprema de Justicia para reclamar por los fondos de la Caja de Jubilaciones adeudados por parte de la Nación, que rondan los 1.040 millones de pesos. No obstante y pese a esa tímida manifestación, quienes conocen al gobernador de La Docta aseguran que irá a fondo en la disyuntiva que mantiene con la Presidenta para, más que nada, demostrar públicamente que tiene razón en sus reclamos y que no hará solamente “oposición por oposición”.
Sin embargo y a pesar de que no obtuvo adhesiones por parte de los gobernadores en relación a la nota que les enviara (donde los llamaba a “rebelarse” contra la ley del Pacto Fiscal), sí logró, por otro lado, una importante repercusión mediática, algo valiosísimo para aquellos que aspiran a captar la atención del ciudadano. Es por ello que ahora, su equipo de asesores deberá trabajar meticulosamente para contrarrestar la carta enviada desde la Anses comandada por Diego Bossio, en donde les informaron desconocer la deuda reclamada por la provincia de Córdoba. “A paso firme y elegante”, sería la premisa elegida por su entorno, ya que se pretenden mostrar las ideas y diferencias con el gobierno de Cristina, sin la necesidad de caer en discursos agresivos que lo terminen asociando a “uno más” de los de la vereda de enfrente.