El defensor del Pueblo de Tucumán, Hugo Cabral, se definió como un “colaborador crítico” del gobierno provincial, poco antes de presentarse ante la Legislatura para rendir cuentas por su primer año de gestión.
La presentación del ombudsman frente a los legisladores está determinada por la Constitución provincial.
“Soy fatalmente crítico, no me conformo con ser un mero refugio de las quejas de los ciudadanos, quiero ir más allá y ayudar a solucionar el problema de fondo”, se elogió el funcionario cuya designación había sido cuestionada por la oposición porque, como él mismo lo admite, “vengo del oficialismo”.
Respecto a la relación con el gobierno, Cabral dijo que “hubo algunos momentos de tensión con algunos funcionarios y es muy probable que los siga teniendo, pero en general hay buena predisposición porque yo no salgo a escrachar a nadie, salgo a corregir situaciones que, en muchos casos, tienen que ver con la excesiva burocracia”.
“El empleado público es un especialista en parar la pelota, y ese podercito que tienen lo manejan y lo hacen valer”, criticó.