Aunque nadie desde el gobierno nacional haya salido oficialmente a confirmar o a desmentirlo, circulan algunas versiones acerca de una posible contramarcha a la organizada cuasi anónimamente para el 8 de noviembre. La idea, en este caso, sería la de no entregar “en bandeja” el control de las calles.
Si bien tanto funcionarios como medios de comunicación afines procuran restarle importancia y bajar los decibeles en relación al arribo del tan mentado “8N”, lo cierto es que en el gobierno nacional reina la incertidumbre respecto a cómo afectará este nuevo suceso a la imagen presidencial. Más aun, intriga la concurrencia y la adhesión espontánea de la ciudadanía, cosa que sorprendió a más de uno en la que se llevó a cabo en el mes de septiembre.
Pese a que el grueso de la organización se viene haciendo a través de redes sociales como Facebook y Twitter, desde el oficialismo hay quienes sospechan que aparecerán “unas cuantas manos negras” (hoy en la vereda de enfrente de la Presidenta), que contribuirán a engrosar las filas de los manifestantes. Es por ello, que ya comenzaron a barajarse algunas alternativas y fechas para contrarrestar el efecto negativo de la protesta del 8 de noviembre, a pesar de que todavía la primera mandataria no haya emitido instrucciones al respecto.
La primera, tendría lugar el próximo 17 de noviembre, en ocasión del estreno del documental sobre la vida de Néstor Kirchner que se realizará en el Luna Park. Allí, según se deslizó, confían en movilizar a un importante número de personas para “ratificar el apoyo a las políticas nacionales y populares iniciadas por el gobierno de Néstor, y que hoy las continúa Cristina”.
La otra fecha que se comenta por lo bajo, sería luego de la movilización a la que algunos dirigentes del oficialismo califican como “opositora” (es decir, la del 8 de noviembre) y la elección del día no estaría librada al azar: se trata del 10 de diciembre, jornada en la que se conmemora el primer aniversario del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner tras las últimas elecciones. La idea, según parece, consistiría en redoblar la cantidad de asistentes de la marcha del 8N y concentrar un importante número de columnas de militantes, tanto en la Capital Federal como en el interior del país.
La premisa, aunque quizás más discreta a lo dicho por el intendente de Concordia, Gustavo Bordet, quien había expresado hace algunos días que la plaza de su ciudad “es nuestra” y que “no le vamos a regalar nada a los gorilas”, sería la de no perder el control de las calles en momentos donde un sector importante del sindicalismo amenaza con arrebatárselo.