El Congreso de la Nación sancionó rápidamente la ley de trata tras la orden presidencial. Sin embargo, ya se habían producido con anterioridad dos reacciones espasmódicas que le siguieron al fallo que absolvió a los 13 imputados por la desaparición de Marita Verón.
La primera fue de la diputada ultrakirchnerista Diana Conti, quien había anunciado el tratamiento de un proyecto por el cual “promover la prostitución, reducir a servidumbre y la trata, serán delitos no excarcelables. El decomiso de los bienes usados para esos delitos conformará un fondo especial de asistencia a las víctimas”. Ese proyecto ya tenía estado parlamentario, aunque hace casi dos años que los legisladores no le prestaban atención.
En el mismo sentido y con igual apuro, el diputado nacional Hugo Maldonado, de la UR chaqueña, también había presentado un proyecto de ley que establece la modificación del código penal para declarar la imprescriptibilidad de los delitos contra la integridad sexual. “Para evitar que un homicidio prescriba a los 25 años, pero si un hombre le toca los senos a una mujer por encima de la ropa, ese episodio podrá ser investigado sin límite de tiempo ni posibilidad de prescripción”. El proyecto también establece que “serán imprescriptibles los delitos cometidos contra la integridad sexual: cuando resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima; cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio, cuando el abuso sexual por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima, cuando el hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años”.
“La imprescriptibilidad que se propone en este proyecto de ley es una forma de acotar los márgenes de la comisión de delitos, ya que de esta manera no hay forma de escapar a la persecución penal, ni beneficiarse con la impunidad que suponen los dilatados procesos judiciales”, había explicado Maldonado.