El monto que gira la Nación en ese concepto está congelado desde 1996 en torno a los 600 millones de pesos.
La administración de Daniel Scioli tiene decidido sostener el reclamo de una reforma del sistema general de coparticipación federal de impuestos. Y, en ese marco, definió como objetivo central en esa pelea la actualización del llamado Fondo del Conurbano, un ingreso que, por una ley nacional, fue establecido en un monto fijo de 650 millones de pesos hace ya más de una década y media.
Según trascendió, el gobierno bonaerense aplicará a partir de ahora una serie de acciones y planteos destinados a revertir “la discriminación” que, aseguran, la Provincia sufre en los diversos mecanismos de distribución de fondos recaudados por el Estado nacional.
El principal de esos mecanismos es el sistema general de coparticipación de impuestos, a través del cual la Nación se queda con el 70% de los ingresos en concepto de IVA, Ganancias y Bienes Personales y reparte el resto entre las provincias. Y le sigue en importancia la distribución que la Nación hace, puntualmente, de un 10% de la recaudación del impuesto a las Ganancias, a lo que se suman repartos del Fondo Educativo y del llamado Fondo Sojero, entre otros recursos.
El largo reclamo de Buenos Aires sobre ese esquema tiene como argumento central que la Provincia recibe desde mediados de los 80´ el 22% del sistema general de coparticipación y, el 19,5% sobre el conjunto de fondos que se distribuyen entre las provincias. Un índice que en el gobierno sciolista ya denunciaron como “injusto” porque, explican, los bonaerenses aportan casi el 40% del total de los recursos pero la Provincia tiene un porcentaje similar del total de población del país, lo que determina que sea el distrito que menos plata recibe por habitante.
El Fondo del Conurbano fue creado en 1992 para compensar, justamente, el desequilibrio de la porción que recibe la Provincia en el reparto de los fondos nacionales frente a su acumulación de población, pobreza y diversas problemáticas sociales. Y se fijó en el 10% de Ganancias, con destino a obras de infraestructura en el Conurbano. Pero en 1995, cuando el monto rondaba los 600 millones de pesos anuales, se dictó una ley que congeló el monto a percibir por el Estado bonaerense en 650 millones, mientras que el resto del 10% de Ganancias se repartiría entre las demás provincias.
Diecisiete años después Buenos Aires, con 15,5 millones de habitantes, recibe por ese concepto 650 millones por año, mientras que ocho provincias, con poblaciones que tienen entre 127 mil y 3,2 millones de habitantes, ya perciben mucho más que el Estado bonaerense.
En este marco, la decisión tomada en el gabinete de Scioli es dar, centralmente, la pelea por una reforma que eleve el ingreso bonaerense por el Fondo del Conurbano.
Una razón central es que una modificación del sistema general de coparticipación -en la que la Nación y/o algunas provincias deberían perder puntos para que se eleven los de Buenos Aires- requiere no sólo la sanción de una ley, sino que ésta sea ratificada en las 24 Legislaturas distritales. Y en cambio, los términos de distribución del Fondo del Conurbano pueden modificarse “simplemente” con la sanción de una ley.
En la gobernación creen que ésta es una pelea posible y allí pondrán el acento en el objetivo de mejorar los ingresos por la vía del reparto nacional de recursos.