El ministro de Transporte de Córdoba, Dante Heredia, llegó sorpresivamente a la Legislatura y, como se lo permite la Constitución, ofreció explicaciones durante la sesión sobre las presuntas irregularidades que se investigan en su cartera, como consecuencia de cámaras ocultas realizadas por un programa de televisión.
Heredia habló durante tres horas y se llevó los aplausos de los legisladores oficialistas, como era de prever, pero los juecistas y los radicales protestaron por lo que consideraron un “atropello institucional” del peronismo, porque no se les avisó que el ministro iría a someterse a una especie de interpelación en el recinto.
La estrategia del gobernador José Manuel De la Sota es culpar al kirchnerismo de las denuncias, que serían, según su teoría, un “armado” para perjudicar su carrera presidencial.
Los legisladores de la oposición, muy enojados, abandonaron el recinto cuando entró el ministro, pero poco después regresaron para hacer, los radicales, algunas preguntas. Los juecistas, por su parte, impulsaban el juicio político contra Heredia, por lo que entendieron que no había interrogantes para plantear. Para ellos, las pruebas ya están demasiado a la vista.
En el programa cordobés ADN, el domingo pasado, se mostró cómo un funcionario del Ministerio de Transporte explicaba a un empresario cómo sobrefacturar, y otro de la empresa Caminos de las Sierras, con mayoría estatal, recibía plata, presuntamente como comisión, de un empleado. Además, se denunció que una allegada al ministro había sido favorecida por la contratación de su empresa.