La alianza electoral que supieron tejer el diputado nacional Francisco De Narváez (Unión por la Libertad y el Trabajo) y el titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, parecería estar llegando a su fin.
Si bien la primera piedra la arrojó el líder camionero hace un par de días al dejar entrever que podría sentarse eventualmente con Sergio Massa para indagar acerca de sus planes y proyectos (y, por que no, brindarle su apoyo) una vez transcurridos los comicios legislativos, lo cierto es que a su hasta ahora “socio” -hablamos de De Narváez, claro está- no le cayeron para nada bien las recientes declaraciones de Moyano, en donde indicó que si bien seguirá trabajando en su espacio político hasta el 27 de octubre, luego no sabrá qué pasará al respecto.
“Si el día después que el ciudadano vota le cambiamos los nombres, lo estamos llevando a un engaño; no me satisface lo que dijo. El `por ahora´ al ciudadano no lo conforma. De nuestra parte bancaremos los trapos antes, durante y después de la elección”, manifestó algo molestó el aspirante a renovar su banca en la Cámara baja nacional tras ser consultado por los “vaivenes” de Moyano. Asimismo, aseguró que se comunicará con él porque se “deben una charla”.
De momento y pese a que aun no hay ninguna definición concreta, tanto Moyano como Massa (quien fue invocado públicamente por el primero) no se han manifestado para ponerle paños fríos a la suerte de ultimátum arrojado por el ex dueño de Casa Tía.