La Cámara del Crimen confirmó el sobreseimiento a favor de Lorena Martins, la joven que denunció a su padre, el ex agente de inteligencia Raúl Martins, por trata de personas en la Argentina y en México, en una causa en la que estaba acusada de haber cometido un fraude contra uno de los hoteles de los cuales es dueño su progenitor.
Lorena Martins estaba acusada de haber “defraudado mediante engaño a los socios de la firma Tomár Manuel de Anchorena, explotadora del Apart Hotel Anchorena, perjudicándolos patrimonialmente en la suma de 63.480 pesos”.
Según la imputación, “desde enero de 2011 hasta el 26 de octubre del mismo año se alojó en la habitación numero 22 del apart hotel de mención y durante ese tiempo además del servicio de hospedaje efectuó consumos en el bar y el restaurante pero nunca los abonó”.
El reclamo fue efectuado por la “socia gerente” del hotel, Natalia Percival, quien resulta ser “la hermana de la pareja del padre” de Lorena Martins y, además de la deuda, denunció que cuando Lorena dejó el Apart Hotel se llevó un televisor LCD de 21,5 pulgadas “y su respectivo soporte, que fue arrancado de la pared”.
Pero la Sala Primera de la Cámara, con las firmas de los jueces Jorge Rimondi y Luis Bunge Campos, determinó que a “las conductas atribuidas a Lorena Martins se encuentran lejos de resultar típicas”, es decir, que no están tipificadas como delitos en el Código Penal.
Sobre la estafa, los jueces opinaron que “mal puede accederse a tal hipótesis teniendo en cuenta el vínculo de parentesco que une a ambas partes y a las especiales circunstancias que rodean al caso, esto es que el padre de la encausada y cuñado de la querellante resultaría propietario de la finca en la que actualmente funciona el apart”.
Los camaristas evaluaron que “el amplio conocimiento y acceso a cuestiones internas del negocio que allí se desarrolla que tenía Lorena Martins tornan inverosímil su calidad de mera pasajera o huésped del sitio”. Por el contrario, el tribunal dio crédito a la explicación de la joven, quien dijo que trabajaba en ese lugar, por lo cual -añadieron los jueces- “el presunto abuso de la confianza reprochado no concurre al caso”.
Sobre el presunto robo del LCD, el tribunal dijo que “además de la férrea negativa de la imputada, un allanamiento a su vivienda ha arrojado resultado negativo, sin que ninguna otra probanza más allá de los meros dichos de Percival corroboren la atribución”.